Columna: Almacenar desinfectante y papel higiénico es comprensible. Pero, ¿es racional?
“Las historias sobre la escasez alimentan el frenesí”, dice un experto en comportamiento del consumidor, añadiendo que muchos creen que es mejor prevenir que curar
Judy Parra, gerente de oficina de la sede de Los Ángeles de la Fundación de Investigación de Diabetes Juvenil, llamó a Costco esta semana para comprar una docena de cajas de agua embotellada para un próximo evento.
La respuesta fue: “Lo sentimos, todas se agotaron”.
“Dijeron que esperaban tener más agua en stock a la mañana siguiente”, recordó Parra. “Pero advirtieron que probablemente también se agotaría de inmediato”.
Esto no ocurre sólo con el agua. Los temores sobre el coronavirus llevaron a los consumidores de todo el país y del mundo a tomar la mayor cantidad de desinfectante para manos, papel higiénico, productos de limpieza y otros artículos que puedan meter en un carrito de compras.
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Los estantes de muchos minoristas líderes ahora están vacíos, a pesar de las garantías del mundo empresarial de que la mayoría de estos productos no escasean y estarán disponibles con normalidad durante los próximos meses.
Los expertos en comportamiento del consumidor dicen que un aumento en las compras de pánico no resulta una sorpresa en medio de una inminente pandemia global.
“Nuestras decisiones son influenciadas por lo que pensamos y sentimos en este momento”, indicó Ravi Dhar, profesor de marketing de la Universidad de Yale y director del Centro de Información al Cliente.
Con las noticias acerca del coronavirus en todos los medios de comunicación, “las personas responden de la misma manera en que lo hacen a otras incertidumbres. Como ante un huracán inminente, se están abasteciendo de productos enlatados, papel higiénico, etc.”.
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Todo esto es, por supuesto, perfectamente comprensible. Pero, ¿es racional?
“No sería irracional hacerlo cuando el riesgo es en gran medida desconocido”, respondió Dhar. “Las historias sobre la escasez alimentan el frenesí”.
Y esa es la situación, en pocas palabras. Los consumidores tienen más preguntas que respuestas. Como resultado, están errando por el lado de la precaución y el almacenamiento, sólo por si acaso.
El reciente desabastecimiento de desinfectante para manos es un ejemplo perfecto. Buena suerte si quiere encontrar alguno.
Las autoridades de salud afirman que productos como Purell son buenos para matar los pequeños gérmenes desagradables, razón por la cual los consumidores rápidamente compraron todas las cantidades que podían transportar.
Sin embargo, resulta que un buen lavado de manos a la antigua es aún mejor. “El jabón y el agua son más efectivos que los desinfectantes de manos para eliminar ciertos tipos de gérmenes”, asegura el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
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“Aunque los esterilizantes para manos a base de alcohol pueden desactivar muchos tipos de microbios de manera muy efectiva cuando se usan correctamente, las personas podrían usar una cantidad insuficiente de desinfectante, o limpiarlo antes de que se seque”, señalaron.
Además, los antisépticos para manos pierden su efecto cuando las manos se engrasan o ensucian en entornos cotidianos, “como después de tocar alimentos, practicar deportes, trabajar en el jardín o si están de campamento o de pesca”, observan los CDC. “En tales circunstancias, se recomienda lavarse con agua y jabón”.
El acaparamiento de papel higiénico suena tonto al principio, hasta que uno recuerda que el coronavirus puede generar una cuarentena de dos semanas. Sí, en ese caso me gustaría tener mucho papel a mano. También quisiera disponer de una buena cantidad de alimentos, algunos buenos libros y una suscripción pagada con Netflix.
Catherine Belling, profesora asociada de educación médica en la Universidad Northwestern, comparó tales compras con la forma en que los consumidores podrían reaccionar ante la noticia de un apocalipsis zombi. “Se hace lo que se puede”, afirmó. “Tal vez no tenga mucho sentido, pero proporciona una sensación de al menos estar haciendo algo”.
La escasez de papel higiénico y agua embotellada representa lo que puede ser un mayor peligro para los consumidores que el coronavirus: la profecía autocumplida.
En otras palabras, el miedo a la escasez es lo que crea la escasez.
La investigadora de mercado Nielsen señaló en un nuevo informe que la preocupación por el coronavirus ha llevado a muchos consumidores a crear “despensas pandémicas”.
Las ventas de desinfectantes para manos aumentaron un 73% en valor en dólares en las cuatro semanas que terminaron el 22 de febrero, en comparación con el mismo período en 2019. Las ventas de máscaras faciales incrementaron un 319%, los desinfectantes en aerosol se vendieron un 47% más y los termómetros un 32%.
Nielsen descubrió que la preocupación de que la leche de vaca pueda escasear provocó que las ventas de leche de avena -más fácil de almacenar- se dispararan en un 305%.
“La prisa por abastecerse tendrá un impacto casi inmediato en las cadenas de suministro para los fabricantes de los productos más buscados”, concluyeron los investigadores de la firma.
No es sorprendente que esta tormenta en los pasillos de los mercados, tanto en el mundo real como en línea, haya dado lugar a denuncias de exorbitantes aumentos de precios por parte de algunos comerciantes sedientos de dinero.
Amazon informó esta semana que eliminó más de un millón de productos de su sitio debido a precios excesivamente altos o a reclamos engañosos. “No hay lugar para el aumento de costo en Amazon”, aseguró la compañía, y culpó a los “malos vendedores” por “intentar elevar artificialmente los precios de los productos básicos durante una crisis de salud global”.
A medida que los Estados Unidos luchan por frenar la propagación del coronavirus, el número de trabajadores de salud a los que se les ordenó auto-cuarentena por posible exposición a un paciente infectado está aumentando a un ritmo exponencial.
Walmart, Ebay y Etsy anunciaron medidas similares.
El procurador de la ciudad de Los Ángeles, Mike Feuer, anunció el miércoles que “ahora es ilegal que cualquier bien de consumo o suministro médico se venda por más del 10% de lo que era antes de que se declarara la emergencia”.
Sin embargo, en medio de este aluvión de actividad minorista, es importante tener en cuenta que no hay nada de malo en ir a lo seguro.
Pensemos en los medicamentos recetados y suministros médicos. Informé el otro día que, debido a que la mayoría de los ingredientes activos de las medicinas recetadas provienen de China e India, es muy posible que se produzca una escasez debido al cierre de fábricas en esa zona.
Stephen Hahn, comisionado de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), informó la semana pasada que al menos un medicamento ahora escasea porque no hay un ingrediente activo disponible. Aunque no identificó el fármaco o el ingrediente, sólo dijo que “esta escasez está relacionada con un lugar afectado por el coronavirus”.
Muchas personas (incluido yo mismo) no quieren arriesgarse a una situación en la que no puedan garantizarse sus medicamentos. Entonces, el movimiento prudente es comprar primero, y hacer preguntas después.
Si bien los economistas están en lo correcto cuando consideran que estas son ‘compras de pánico’, en última instancia se trata de hacer aquello que ayuda a dormir mejor por la noche. Si una despensa llena de papel higiénico o leche de avena tranquiliza, esa es una justificación suficiente para almacenar.
Para Dhar, de Yale, es importante para muchos consumidores mantener la sensación de estar en control de sus vidas. El impulso de atesorar refleja eso. “Cuando las personas sienten que no tienen control sobre un riesgo, la respuesta emocional se amplifica aún más”, comentó.
Es justo. Sin embargo, también mantengamos la calma, y reflexionemos.
Las mascarillas faciales, por ejemplo. Los consumidores que compran todos los suministros disponibles generaron una escasez que ahora afecta a quienes más las necesitan: los trabajadores de la salud y sociales. Tenga algunas máscaras a mano si es necesario, pero no dificulte que otros hagan su trabajo y mantengan segura a la población.
El coronavirus da miedo. Pero los funcionarios de salud insisten en que la gran mayoría de quienes lo contraen no experimentarán más que el equivalente a un resfriado fuerte.
Y un régimen diario de lavado de manos habitual mejorará en gran medida sus posibilidades de mantenerse saludable.
Entonces, compre lo que necesita comprar. Manténgase a usted y a sus seres queridos a salvo.
Enloquecer, ciertamente, no ayuda.
Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.
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