La propagación del coronavirus en el Grand Princess hace sonar las alarmas de salud pública
Los funcionarios federales y estatales estaban tratando de encontrar una forma segura de asistir al crucero Grand Princess en la costa de San Francisco después de que 21 personas a bordo dieran positivo en la prueba del coronavirus.
Una fuente estatal describió las conversaciones sobre el traslado de pasajeros y miembros de la tripulación como ‘fluidas’ y dijo que las discusiones sobre cómo proceder por parte de los funcionarios estatales y federales se reanudarían. Un representante de Princess Cruises dijo que el barco no atracaría, pero que se estaba moviendo a una posición a 20 millas náuticas de la costa “con fines logísticos”.
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Las pruebas continuaban en el barco, pero su destino se perfila como un importante desafío de salud pública para California, donde el número de casos de coronavirus ha pasado de 60. Se cree que al menos siete de esos casos están relacionados con el mismo crucero, incluido un hombre del condado de Placer que falleció al regresar de un viaje anterior a México. Es la única muerte confirmada de COVID-19 en el Estado.
El barco regresaba de un crucero posterior a Hawái cuando fue retenido frente a la costa de California. Con las pruebas aún en curso, los funcionarios aún no saben cuántas de las más de 3.000 personas a bordo tienen el virus. Tampoco han determinado exactamente a dónde irían los infectados.
Según una fuente del barco que pidió no ser identificada, el navío se ha trasladado al sur de San Francisco y más cerca de la costa para permitir un acceso fácil a la Guardia Costera de Estados Unidos. El viernes por la noche, una persona fue trasladada en helicóptero por la Guardia Costera, reveló la fuente.
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El vicepresidente Mike Pence dijo que el gobierno federal está trabajando con el estado de California para llevar el crucero a un puerto no comercial durante el fin de semana y poner en cuarentena a los que estén a bordo según sea necesario. Los que han dado positivo hasta ahora incluyen 19 tripulantes y 2 pasajeros. Un total de 46 personas han sido examinadas, una señal de que el virus se estaba propagando a bordo del barco.
El presidente Trump dijo que en última instancia dejaría que Pence, quien dirige el grupo de trabajo a cargo de la respuesta, decidiera si permitiría a los pasajeros abandonar el barco. Pero manifestó varias veces que se inclinaría a dejarlos a bordo porque llevarlos a tierra aumentaría el número de casos oficiales en suelo americano.
Los funcionarios del gobierno de California están tomando nuevas medidas para tratar de controlar el brote de coronavirus, incluidas las declaraciones de emergencia basadas en la preparación.
“Me gusta que los números estén donde están. No necesito que las cifras se dupliquen por una sola nave”, declaró Trump.
“Mucha gente piensa que deberíamos hacerlo de la otra manera”, señaló. “Tenemos que cuidar de los americanos”.
Brian Ferguson, portavoz de la Oficina del Gobernador de los Servicios de Emergencia, dijo en una declaración que el gobierno federal y estatal “han estado trabajando en estrecha colaboración para encontrar rápidamente una solución que satisfaga las necesidades de salud de los que están a bordo y proteja la salud pública”.
Añadió que Trump y el gobernador Gavin Newsom hablaron el viernes por la mañana, y el gobernador también habló con Pence durante todo el día.
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El resultado fue que una flota de helicópteros llevó kits al Grand Princess para hacer pruebas de COVID-19 a unos 100 pasajeros. Al día siguiente, la portavoz de Princess Cruises, Negin Kamali, confirmó que el CDC había “recomendado que los huéspedes permanecieran en sus camarotes durante el resto del crucero”.
Karen, una pasajera canadiense que pidió ser identificada sólo por su nombre de pila, dijo que teme lo que podría venir después.
“No tengo miedo de este virus”, aseguró. “Me aterra la cuarentena a bordo”.
“Eso cambia las cosas”, manifestó otra persona en el barco. “No voy a volver a casa pronto”.
El único hombre de California que ha muerto desembarcó del Grand Princess el mes pasado en San Francisco después de un crucero a México.
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El barco tenía previsto regresar a San Francisco de nuevo el miércoles después de un viaje posterior a Hawái, pero ha sido retenido en alta mar mientras las autoridades evalúan a los miembros de la tripulación y los pasajeros con síntomas del virus.
Otro hombre que había estado en el viaje a México fue encontrado inconsciente en su casa de Sunnyvale el jueves y más tarde murió. El viernes, los funcionarios del condado de Santa Clara dijeron que el hombre dio negativo para COVID-19.
Los pasajeros del barco, tanto los actuales como los que pudieron haber estado expuestos anteriormente, manifestaron a Los Angeles Times que la respuesta al brote por parte de la compañía y los oficiales de salud había estado llena de errores.
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En particular, los pasajeros dijeron que Princess Cruises fue laxa en los protocolos de control sanitario antes del embarque y retuvieron información sobre los riesgos a los que se enfrentaban, incluso cuando la situación del buque se convirtió en noticia internacional.
El dilema sobre el crucero llega cuando la Universidad de Stanford declaró que cambiaría las clases en línea para las dos últimas semanas del trimestre de invierno.
USC dijo que llevaría a cabo conferencias y seminarios en línea en lugar de en las aulas durante tres días la próxima semana como prueba en caso de que el campus se viera obligado a suspender las clases en persona.
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