Explosiva entrevista a Enrique y Meghan remece al mundo - Los Angeles Times
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Explosiva entrevista a Enrique y Meghan remece al mundo

El príncipe Enrique, a la izquierda, y a Meghan, duquesa de Sussex
Esta imagen proporcionada por Harpo Productions muestra al príncipe Enrique, a la izquierda, y a Meghan, duquesa de Sussex, hablando sobre el bebé que esperan durante una entrevista con Oprah Winfrey.
(ASSOCIATED PRESS)
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La explosiva entrevista televisada del príncipe Enrique y su esposa Meghan dividió a personas alrededor del mundo y sacudió a una institución que lucha por modernizarse con alegatos de racismo e insensibilidad hacia una mujer que lidiaba con pensamientos suicidas.

Durante la entrevista de dos horas con Oprah Winfrey, Enrique también reveló que los problemas afectaron su relación con su padre, el príncipe Carlos, y su hermano, el príncipe Guillermo, arrojando luz a la profundidad de las divisiones familiares que llevaron a la pareja a retirarse de sus deberes reales y mudarse a California el año pasado.

El palacio no ha respondido aún a la entrevista, en la que Meghan describió que se sintió tan aislada e infeliz en la familia real que contempló suicidarse y dijo que un miembro de la familia expresó “preocupación” sobre el color de la piel de su hijo antes de que éste naciera.

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No se trató de la reina Isabel II ni del príncipe Felipe, según Enrique, lo que desató conjeturas sobre quién pudo haber sido.

Líderes alrededor del mundo respondieron preguntas sobre la entrevista, y ciudadanos de muchos países emitieron sus opiniones.

En Acra, Ghana, Devinia Cudjoe dijo que oír que un miembro de la familia real estaba preocupado por el color de piel de un niño por nacer era un insulto para la gente del Commonwealth, el grupo de Gran Bretaña y sus antiguas colonias encabezado por la reina.

“Eso es racismo puro”, dijo Cudjoe. “Se supone que el Commonwealth promueve la unión, la unidad entre personas negras, entre personas blancas. Pero si escuchamos cosas como esta… creo que es cruel”.

En Nairobi, Kenia, Rebecca Wangare calificó a Meghan como “un ícono del siglo XXI de una mujer fuerte. Ha encarado el racismo de frente”.

Asma Sultan, una periodista en Karachi, Pakistán, dijo que la entrevista “manchará la imagen de la familia real”.

“Hay tanta polémica desde la muerte de Diana, así que se abre una nueva caja de Pandora”, dijo.

El primer ministro británico Boris Johnson se negó a hacer declaraciones sobre la entrevista. Elogió a la reina, pero dijo que “cuando se trata de asuntos relacionados con la familia real, lo correcto para un primer ministro es no decir nada”.

Cuando le preguntaron si el presidente estadounidense Joe Biden y su esposa Jill tenían algo que decir de la entrevista, la vocera de la Casa Blanca Jen Psaki dijo que la decisión de Meghan de pronunciarse sobre sus problemas de salud mental “requieren de valentía” y que “ciertamente eso es algo en lo que cree el presidente”.

Pero dijo que no haría comentarios adicionales sobre la situación “dado que estos son ciudadanos privados compartiendo su propia historia y sus propias luchas”.

Las alegaciones son especialmente perjudiciales porque muchos observadores esperaban que Enrique y Meghan, quien es birracial, ayudarían a la monarquía tradicional a identificarse con una nación cada vez más multicultural. En los primeros días de su matrimonio, Enrique y Meghan se unieron a Guillermo y su esposa Catalina y proyectaron una imagen glamorosa y llena de energía de los miembros jóvenes de la realeza.

La sociedad se rompió cuando Enrique y Meghan se fueron del país, argumentando que querían alcanzar la independencia financiera y escapar de lo que calificaron como una cobertura invasiva y racista de la prensa británica.

Pero la entrevista llevó esas críticas al palacio mismo, al señalar la pareja de racismo a un miembro no identificado de la familia real.

Meghan dijo que cuando estaba embarazada de su hijo Archie, Enrique le dijo que en la familia real hubo “preocupaciones y conversaciones sobre qué tan oscura sería su piel al momento de nacer”.

Enrique confirmó la conversación, y dijo: “Me quedé un poco conmocionado”. Se abstuvo de revelar quién hizo el comentario, aunque Winfrey dijo que él le dijo que no habían sido ni la reina Isabel II ni el príncipe Felipe, sus abuelos.

Meghan, de 39 años, admitió que fue ingenua al inicio de su relación con Enrique y que no estaba preparada para las restricciones de la vida real. La duquesa, una actriz exitosa antes de casarse, dijo que se sintió frenada por la naturaleza controladora de la realeza y se retorció ante la idea de tener que vivir bajo términos establecidos por el personal del palacio. Esto fue agravado por el hecho de que el personal se negó a ayudarla cuando enfrentó ataques racistas de la prensa y de trolls en internet, señaló.

La situación se tornó tan difícil que “simplemente ya no quería vivir”, dijo Meghan a Winfrey.

Dijo que buscó ayuda a través del departamento de recursos humanos del palacio, pero que le dijeron que no podían hacer nada por ella porque no era una empleada.

Las implicaciones de la entrevista, que se transmitió el domingo por la noche en Estados Unidos y se emitiría el lunes por la noche en Gran Bretaña, apenas empezaban a comprenderse. Emily Nash, editora de realeza en la revisa Hello!, dijo que las revelaciones la habían “conmocionado” a ella y a muchos otros espectadores.

“No veo cómo el palacio puede ignorar estas acusaciones, son increíblemente graves”, dijo. “Están las acusaciones de racismo. Después está también la afirmación de que Meghan no recibió apoyo, y que incluso pidió ayuda al equipo de recursos humanos de la casa real y se le dijo que no podía buscar ayuda”.

La generación más joven de la familia real, a la que pertenecen Enrique, Meghan, el príncipe Guillermo y su esposa Catalina, ha hecho de las campañas de concienciación sobre salud mental una de sus prioridades. Pero Enrique describió a una familia real totalmente incapaz de ofrecer ese apoyo a sus propios miembros.

“La familia tiene mucho esta mentalidad de ‘esto es así, así es como debe ser, no puedes cambiarlo, todos hemos pasado por eso’”, dijo Enrique.

La pareja había sido muy criticada en el Reino Unido antes de que se emitiera la entrevista. El príncipe Felipe, el abuelo de 99 años de Enrique, está hospitalizado en Londres tras una operación de corazón, y los críticos vieron la decisión de seguir adelante con la transmisión como una carga para la reina, pese a que fue la CBS, no Enrique y Meghan, la que decidió cuándo emitirla.

En Estados Unidos, las muestras de apoyo a la pareja se hicieron sentir tras la emisión del domingo. La estrella del tenis Serena Williams, una amiga que asistió a la boda de Enrique y Meghan, escribió en Twitter que las palabras de la duquesa “muestran el dolor y la crueldad que ha sufrido”.

El público en Gran Bretaña podría ser menos compasivo, pues algunos consideran que la pareja puso su felicidad personal por delante del deber público.

Meghan, entonces conocida como la actriz estadounidense Meghan Markle de la serie de TV “Suits”, se casó con Enrique en el Castillo de Windsor en mayo de 2018.

Pero ni siquiera eso fue lo que parecía: la pareja reveló en la entrevista que intercambió votos matrimoniales frente al arzobispo de Canterbury Justin Welby tres días antes de la espectacular ceremonia en el castillo.

Archie nació al año siguiente y en un raro momento positivo en la entrevista, la pareja reveló que el segundo bebé que esperan para este verano boreal es una niña.

Enrique dijo haber vivido con el temor de que se repita el destino de su madre, la princesa Diana, que fue acosada incesantemente por la prensa y murió en un accidente de tráfico en París en 1997 mientras era perseguida por paparazzi.

“Veía que la historia se estaba repitiendo, pero definitivamente de una manera más peligrosa si le sumas la raza y le sumas las redes sociales”, dijo Enrique.

Tanto Meghan como Enrique elogiaron el apoyo que recibieron de la monarca.

“La reina siempre ha sido maravillosa conmigo”, afirmó la duquesa.

Sin embargo, Enrique reveló que ahora tiene una relación distante con su hermano Guillermo y que la relación con su padre, el príncipe Carlos, había empeorado tanto que en algún momento éste dejó de responder a sus llamadas.

“Hay mucho trabajo que hacer aquí”, dijo Enrique sobre su relación con su padre. “Me siento muy decepcionado. Él ha pasado por algo similar. Sabe lo que es el dolor. Y Archie es su nieto. Siempre le querré, pero hay mucho dolor en lo que ha ocurrido”.

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