Valadez y Rondero abren la posibilidad a la esperanza en ‘Sujo’
MORELIA, México — Una colaboración iniciada hace 16 años ha llevado a las cineastas mexicanas Astrid Rondero y Fernanda Valadez a encaminarse hacia una posible nominación al Oscar con una de las películas en competencia en el Festival Internacional de Cine de Morelia.
“Sujo”, el más reciente filme de la dupla, fue elegido por la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas para buscar una posible nominación al Premio de la Academia a mejor película internacional y compite en la categoría de mejor largometraje mexicano en Morelia.
Toca un tema doloroso para México, que son los huérfanos del narcotráfico, aquellas generaciones que nacieron inmersas en la violencia extrema. Es protagonizado por Juan Jesús Varela en el papel del hijo de un sicario, quien tras la muerte de su padre busca crear una realidad diferente para sí mismo.
Varela había actuado previamente con las directoras en su filme de 2020 “Sin señas particulares” sobre una madre que busca a su hijo desaparecido en su intento por migrar hacia Estados Unidos. Al escribir el guion de “Sujo” lo tenían en mente, pero les interesaba que terminara su preparatoria, por lo que pusieron esa condición.
“Fue un pacto en conjunto de que él terminara la prepa porque cuando lo conocimos era muy chiquito, estaba apenas pasando de la secundaria a la prepa”, dijo Valadez. “La verdad es que Juan es disciplinado como nadie, comprometido como nadie”.
“Sujo” habla de la violencia en México, pero lo hace desde la perspectiva de personajes que pocas veces son retratados y que nada tienen que ver con las narrativas de riqueza, armas y poder de otras series y filmes sobre el narco.
“Tiene que ver un poco con ser minorías, porque somos minorías como mujeres y como lesbianas y eso nos permite yo creo hacernos preguntas que a lo mejor otras personas no se hacen”, dijo Rondero.
La colaboración de las cineastas surgió desde la tesis de Rondero “En aguas quietas”. También las llevó al cortometraje dirigido por Valadez “400 maletas” que fue nominado al Oscar estudiantil en 2015. Valadez dirigió “Sin señas particulares” que fue producido por Rondero y se llevó el premio al mejor largometraje mexicano y el premio a la mejor actriz, para Mercedes Hernández en Morelia además de varios premios Ariel del cine mexicano, incluyendo mejor película y ópera prima. Luego Valadez produjo la película de Rondero “Los días más oscuros de nosotras”.
“Sujo” es la primera película en la que decidieron por anotarse ambas como directoras.
“Fue un proceso de ir entendiendo que el cine siempre es una coautoría, no es este derramamiento de sabiduría de un director”, dijo Valadez. “El cine se hace por un montón de gente, que se une, que aporta su tiempo, su talento, su convicción, sus capacidades y también sus limitaciones y eso lo fuimos entendiendo… tenemos capacidades y habilidades complementarias y qué mejor que poder hacer las películas a mancuerna”.
El filme es producido, entre otros, por Nicolás Celis, quien también produjo “Roma” de Alfonso Cuarón, la cual consiguió el Oscar en la categoría que buscan alcanzar.
“Sí, es una responsabilidad muy grande, él lo verbaliza muy bien, es tan difícil como hacer otra película”, dijo Rondero. “Implica salir de tu zona de confort, hacer muchos sacrificios, ponerte en otro modo”.
“Sujo” ha brillado en otros festivales como en San Sebastián donde se llevó el premio de la Cooperación Española y Sundance, donde obtuvo el premio del jurado en la categoría de cine internacional.
Sujo se va de su entorno provinciano a la gran ciudad donde conoce a una maestra universitaria que le brinda una oportunidad a pesar de que no ha terminado su educación básica. La maestra es interpretada por la profesora de literatura y escritora Sandra Lorenzano.
“Hay una escena clave, cuando él pregunta ‘¿tú crees que de verdad alguien puede cambiar su vida?’, lo digo y se me quiebra la voz”, dijo Lorenzano. “Es una película para mí que habla de la esperanza, habla de la generosidad, habla de la tristeza de la realidad de nuestro país, pero también habla de la posibilidad que tenemos entre todas y todos de ir cambiando”.
Las directoras definen como una verdadera crisis humanitaria la realidad de los huérfanos del narco y a pesar de su crudeza, la película destaca por su diversidad visual, con escenas en la Universidad Nacional Autónoma de México, la Central de Abastos, el enorme mercado que abastece de alimentos a los millones de habitantes de la capital, y la provincia de México, con paisajes cautivadores y cielos abiertos.
“Siempre nos ha conmovido mucho que en lugares donde ha habido grandes actos de violencia y barbarie en México la naturaleza y la belleza está ahí como impasible, observando nuestros dramas”, dijo Rondero. “Esas contradicciones, eso nos apasiona del cine”.
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