Santaolalla se une a una destacada conductora colombiana para resucitar al Drácula en español - Los Angeles Times
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Santaolalla se une a una destacada conductora colombiana para resucitar al Drácula en español

Una escena de la version en nuestro idioma de la cinta "Dracula".
Una escena de la version en nuestro idioma de la cinta “Dracula”.
(LA Opera)
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No le cabe duda a nadie que la primera versión cinematográfica con sonido de la historia de Drácula es la que marcó definitivamente la pauta de las que vendrían después. La tenebrosa puesta en escena de Todd Browning y, por supuesto, la actuación inimitable de Bela Lugosi fueron elementos suficientes para que todo lo que se hiciera luego fuera medido con la misma vara.

Pero no todos saben que, de manera paralela a este rodaje, los mismos decorados del Estudio Universal se empleaban de noche para filmar una adaptación alternativa que imitaba en buena medida el planteamiento visual de Browning pero agregaba detalles propios, hasta el punto de que terminó siendo casi media hora más larga que la otra.

Lo más curioso es que, bajo el mando del director George Melford, un estadounidense blanco que no hablaba nuestro idioma, esta producción tenía todos sus diálogos en español y estaba interpretada por actores de origen hispano, empezando por el español Carlos Villarías en el papel del vampiro mayor, y siguiendo con la mexicana Lupita Tovar, quien, respaldada por un vestuario mucho más arriesgado que el que fue empleado en la versión de Browning, logró que su personaje adquiriera unos insólitos aires sensuales.

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La edición completa del filme en nuestra lengua, que parecía estar irremediablemente perdida hasta la década de los ‘90, logró ser recuperada y restaurada tras el descubrimiento de una valiosa copia en Cuba. Sin embargo, al igual que la adaptación de Browning, nunca contó con una banda sonora original, sino con escasos momentos de música que, ante la falta de presupuesto, fueron suplidos por dos piezas de música clásica compuestas por Piotr Chaikovski y Richard Wagner.

Esto es lo que da pie a la realización actual de “Spanish Dracula”, un proyecto de LA Opera que se presentará el 25, el 26 y el 27 de octubre en el United Theater on Broadway (929 S Broadway, Los Ángeles, CA 90015) y que aprovechara la temporada de Halloween para ofrecer una proyección de la cinta que contará con un nuevo ‘score’ interpretado en vivo, cuya autoría corresponde ni más ni menos que al afamado compositor, músico y productor argentino Gustavo Santaolalla.

No será la única persona latinoamericana que participará en el proyecto, ya que el cargo de conductora se encontrará en las manos de Lina González Granados, una artista colombiana que trabaja actualmente con LA Opera y que ha sido ampliamente celebrada por sus poderosas interpretaciones del repertorio sinfónico y clásico, así como por su interés en ponerse al frente de obras latinoamericanas poco conocidas.

Una nueva mirada

Al recibir esta comisión y ver la película de Melford, que no conocía, Santaolalla descubrió que, debido a la falta de música, hay momentos de la cinta que se hacen eternos, aunque está seguro de que las proyecciones originales estaban todavía acompañadas por el uso de pianos en vivo, como rezago de la era silente que acababa de terminar.

“Para componer la nueva banda sonora, mi idea general fue combinar elementos que van desde las radionovelas antiguas que escuchaba con mi abuela cuando era chiquito hasta memorias que tengo de películas de terror que vi en esa época, pasando por cosas modernas como el uso de guitarras eléctricas y sintetizadores”, nos dijo el sudamericano durante una reciente entrevista. “Pero quise imbuir todo eso con una gran dosis de romanticismo y de melancolía, dos factores que forman parte de mi lenguaje”.

Santaolalla emplea también un violinofón o ‘violín corneta’, un instrumento creado en los años ‘30 que produce un sonido muy particular, así como un acordeón con pedalera que le permitirá obtener sonidos que van desde el órgano de iglesia hasta el bandoneón.

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“Me interesaba también que esto tuviera elementos tangueros, porque veo a Drácula y me recuerda a Carlos Gardel”, precisó el entrevistado antes de lanzar una risa. “Además, el acordeón es igualmente un instrumento folclórico del este de Europa, lo que establece una relación con Transilvania”.

Para completar la faena, el compositor agregó a una artista de ‘foley’, es decir, una profesional del cine que crea texturas de sonidos naturales -como los que producen el agua y el viento- y que, en este caso, generará adicionalmente momentos rítmicos que acentuarán detalles de la película.

“Yo espero que la gente se entretenga, pero que también se olvide un poco de los disfuerzos de las actuaciones, porque la película se hizo poco después de la época del cine mudo y mantenía todavía en los actores esos gestos exagerados que venían de un formato en el que no podían hablar”, reconoció Santaolalla, quien interpretará la guitarra eléctrica durante todas las presentaciones.

“Con la música, llega un momento dado en el que te metés realmente en los personajes y podés empatizar con ellos, más allá de la grandilocuencia de los intérpretes”, agregó.

Gustavo Santaolalla en el ambiente propicio.
(LA Opera)

Del otro lado

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Para González Granados, poder trabajar finalmente con Santaolalla es un honor que nunca esperó tener durante los días en que vivía todavía en Colombia (más precisamente, en Cali, su ciudad de origen) y, guiada por el amor que le profesaba a la música en general, escuchaba tanto rumba como sonidos procedentes del Pacífico colombiano y por supuesto, rock en espanol.

“Yo era súper adicta a la Maldita Vecindad, a Café Tacvba y a Aterciopelados, que grabaron sus discos con Gustavo”, recordó la sudamericana en una entrevista separada. “De hecho, mi primer concierto, a los nueve años, fue de Café Tacvba, con Shakira de ‘telonera’”.

“Darme cuenta después de que Gustavo era el productor de tanta música que me encantaba fue muy interesante”, añadió. “Lo curioso es que mi primera aproximación consciente a él se dio a principios de los 2000 a través de Bajofondo, porque en esa época, se me dio por bailar tango, y me enamoré de la música que hacía ese grupo [comandado por Santaolalla]”.

La comisión representó un desafío adicional para Santaolalla en el sentido de que esta es la primera banda sonora que hace específicamente para una cinta de terror, aunque compuso la de “Monsterland” -una serie de antología que se vio en Hulu- y, posteriormente, la de “Dear Child” -una miniserie alemana de Netflix que se orientaba más hacia el ‘thriller’, pero que tenía pasajes sumamente oscuros-.

“Esas han sido mis únicas experiencias con el género, pero, de todos modos, fueron muy distintas a lo de Drácula, porque la aproximación a este proyecto ha sido completamente inusual”, remarcó.

González Granados, por su lado, admite que no le gusta el cine de terror, pero que se siente atraída por la propuesta presente en la adaptación del relato de Drácula que ahora atiende. “Hemos llegado a unos niveles de realismo y de tecnología con los que puede pasar cualquier cosa dentro de esas películas”, comentó. “Pero esta cinta es un documento histórico precioso, y el libro original es lindo”.

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“No se me hace ni siquiera terror; es decir, no me produce miedo”, prosiguió. “Me parece mucho más aterrador lo que vivimos en el día a día. Lo que no quiere decir que sea una comedia, porque no lo es”.

Una imagen reciente de la conductora de orquesta Lina González Granados.
(LA Opera)

La otra versión

Esta no es la primera vez que alguien crea música para el primer filme con sonido sobre el sanguinario conde. En 1988, el legendario compositor Philip Glass presentó su propia banda sonora para el Drácula de Browning, respaldado por Kronos Quartet.

Santaolalla está no solo al tanto de esta circunstancia, sino que tuvo la oportunidad de ver una presentación en vivo del mismo trabajo en el Royce Hall de la UCLA, hace ya varios años.

La existencia de la versión de Glass, que era particularmente minimalista y no fue necesariamente aclamada por la crítica, generará inevitablemente comparaciones con la de nuestro entrevistado, quien asegura no sentirse abrumado por la responsabilidad.

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“Trato de no ponerme esa clase de presiones encima; normalmente, cuando se me ocurre hacer algo, me digo ¿Y por qué no? ¿Por qué no probar? ¿Por qué no intentarlo?”, nos respondió. “Sé que esta es una obra muy conocida y que hay 50 maneras distintas de hacer esto. No estoy pretendiendo cambiar la historia de la música, sino hacer algo que le toque el corazón a la gente”.

González Granados estaba también familiarizada con la versión de Glass, sobre todo porque Kronos es uno de sus grupos preferidos. Pero decidió volver a escuchar la pieza por pura curiosidad artística, con la finalidad de trazar paralelos.

“Son dos aproximaciones completamente distintas”, determinó. “Glass mueve la película rítmicamente; es como si, para él, el eje principal fuera el movimiento. Gustavo, por su parte, juega con el color, utilizando los instrumentos para añadir capas de luz o de oscuridad, lo que me pareció completamente fascinante”.

“Y el mismo actor que hizo de Drácula en español, Carlos Villarías, trae otro tipo de capas que Lugosi; son un poco más amorosas, lo que permite que Gustavo se vaya por un lado más sentimental”, explicó. “Se trata de un ‘score’ bastante lírico y hermoso”.

En lo que respecta a Santaolalla, esta no será la única incursión del músico y productor en el género en lo que corresponde al futuro inmediato. Ahora mismo, se encuentra desarrollando al lado de Guillermo del Toro un musical basado en “El laberinto del fauno”, la cinta más celebrada del director mexicano.

“La idea es tenerlo listo para el 2026, cuando se cumplen 20 años del estreno de la película”, afirmó. “Va a tener una música completamente diferente, más allá del tema central, que permanecerá. Todas las canciones van a ser originales. Las estoy trabajando con Paul Williams, que está haciendo las letras”.

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