La avalancha del reggaetón y el súbito ascenso de ciertas modalidades del género regional mexicano en los Estados Unidos han afectado la difusión de géneros que vivieron definitivamente tiempos mejores en lo que respecta a sus niveles de popularidad.
Sin embargo, hay estilos esenciales que, por decirlo de algún modo, no pasan de moda, y que siguen siendo además homenajeados con cierta frecuencia por los exponentes de las corrientes vigentes, como es el caso de la salsa dura, es decir, esa que tiene un sonido definitivamente latino y que logró expandirse a diferentes territorios, pero cuya partida de nacimiento nos conduce a la ciudad estadounidense de Nueva York.
Se diga lo que se diga, y más allá de la controversia que ocasionó durante muchos años el empleo del término ‘salsa’ entre músicos que consideraban que este se había creado bajo un concepto rabiosamente comercial que pretendía desdibujar sus bases cubanas, el género encontró su propio sonido en la Gran Manzana tras fusionarse con el jazz y con las influencias propias de los inmigrantes puertorriqueños (quienes sumaron la bomba y la plena a la combinación). A partir de ahí, claro, fue empaquetado y vendido al mundo a través de la legendaria compañía discográfica Fania Records.
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Feb. 15, 2021
Para cualquier admirador de esta corriente, una de las figuras más importantes de la misma fue, es y seguirá siendo Héctor Lavoe, un migrante boricua que, a los 21 años, grabó su primer álbum al lado de Willie Colón, el trombonista, compositor y director de orquesta que resulta igualmente fundamental en la historia del género. Luego de grabar 10 producciones con Colón, Lavoe, que se había convertido ya en ídolo debido a las enormes virtudes de su garganta, decidió convertirse en solista.
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Es aquí donde entra a tallar “La Voz” (1975), su debut discográfico por cuenta propia, que fue editado igualmente por Fania y que, entre otros méritos, le dio vida a “Mi gente”, un himno salsero que conquistó las radios de toda Latinoamérica y cuya trascendencia en diferentes niveles lo llevó a ser incluido más de tres décadas después en el popular videojuego “Grand Theft Auto: Vice City Stories” (2006).
Pese a tratarse de un lanzamiento supuestamente individual, “La Voz” no marcó ni por asomo un distanciamiento entre Lavoe y Colón, ya que el segundo produjo y arregló el disco entero, aunque le cedió la labor instrumental a otros músicos, muchos de ellos procedentes de su propia orquesta. Más allá de “Mi gente”, que es una invocación abierta a la celebración latina, la placa brindó otro ‘hit’ incuestionable: “El todopoderoso”, una pieza que ensalza a la divinidad en medio de un implacable ritmo bailable.
La expresión pura de la salsa se mantiene en “Paraiso de dulzura”, marcada por un fraseo vocal de primer nivel. Y la diversidad del trabajo queda demostrada en la inclusión de piezas de tiempos mucho más lentos, como es el caso del estupendo bolero “Un amor de la calle”, dueño de una letra que causaría probablemente descontento en estos días al comparar a la mujer que decepciona al narrador con una prostituta, aunque lo haga de un modo que, al ser comparado con el que tienen los actuales representantes del urbano, resulta de lo más recatado.
Tampoco faltan las proezas instrumentales, representadas por la versión del son montuno de los ‘50 “Rompe Saraguey”, original de Conjunto Chappottin, que además de aludir a una planta empleada popularmente para ahuyentar a los “malos espíritus”, se encuentra coronada por un estupendo solo del pianista afrocubano Mark Dimond.
Todo lo dicho tiene que ver con el reciente lanzamiento de la citada grabación en una versión remasterizada que se encuentra disponible desde este viernes tanto en formato de vinilo como en una versión digital de alta resolución y que, al menos en su versión física -que es la que tenemos ahora mismo en nuestras manos-, suena estupendamente.
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La nueva edición, presentada por el sello Craft Latino, ofrece una oportunidad inmejorable para celebrar el legado del brillante y atormentado intérprete a treinta años de su muerte, cuando se considera que este falleció el 29 de junio de 1993 debido a complicaciones del SIDA.
Escribe artículos de entretenimiento en Los Angeles Times en Español y lo hizo anteriormente en todas las ediciones impresas de HOY Los Ángeles. Previamente, trabajó como colaborador con el diario La Opinión. Inició su carrera periodística como redactor y luego editor del suplemento de entretenimiento “Visto & Bueno”, publicado por el diario El Comercio de Lima, donde hacía también críticas de cine.