La Premiere del Latin Grammy, que forma parte del evento en sí -y es de hecho el segmento donde se entrega la mayoría de los 53 premios, pese a que se transmite únicamente a través de las redes sociales de la Academia Latina de la Grabación-, acaba de concluir en el Mandalay Bay.
Hasta el momento, el mayor triunfador en términos numéricos es Jorge Drexler. “Esto es una locura, una exageración maravillosa”, dijo en cierto momento el cantautor uruguayo desde el podio. Y eso que, cuando lo hizo, le faltaba más por ganar.
Finalmente, se llevó cinco estatuillas: en la categoría de Mejor Álbum Cantautor por “Tinta y tiempo”; en la de Mejor Arreglo por “El Plan Maestro”; en la Mejor Canción Alternativa por “El día que estrenaste el mundo”; en la Mejor Canción en Lengua Potuguesa por “Vento sardo” y en la de Mejor Canción Pop por “La guerrilla de la concordia”, aunque, en este caso, empató con “Tacones rojos”, del colombiano Sebastián Yatra. El uruguayo, eternamente simpático y sencillo, se dio incluso el lujo de hablar en el idioma oficial de Brasil cuando le tocó hacerlo.
Pasó una hora hasta que se lo mencionara por primera vez, pero una vez que sucedió, con el arribo de las categorías urbanas, Bad Bunny empezó a demostrar el poderío que lo ha llevado a ser el más nominado del evento, con 10 posibilidades.
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En primer lugar, el boricua, que no estaba en el teatro, se llevó la estatuilla a la Mejor Fusión/Interpretación Urbana por “Tití me preguntó”. Luego le llegó la de Mejor Interpretación/ Reggaetón por “Lo siento BB:/”, la de Canción Rap/Hip hop por “De museo” y la de Mejor Canción Urbana por “Tití me preguntó”.
El aclamado cantautor y compositor argentino Fito Páez salió también de este primer segmento con las manos llenas y el corazón contento ante sus triunfos en los rubros de Mejor Álbum de Pop Rock por “Los años salvajes”; Mejor Canción de Rock por “Lo mejor de nuestras vidas” y Mejor Canción de Pop Rock por “Babel”, que grabó al lado del colombiano Carlos Vives.
“Cada vez que me dan un premio lo agradezco profundamente, porque nosotros en Argentina venimos de una altísima tradición de música popular en un montón de géneros, desde el tango hasta el rock”, dijo el sudamericano al agradecer la primera victoria “Y esto va en nombre de toda la música latinoamericana”.
Más adelante, cuando llegó el momento de celebrar a “Babel”, regresó al podio con Vives. “Si me lo dieron fue por Fito, seguro”, dijo entonces el colombiano. “Pero también por mi amor al rock argentino. A mí nunca me han emocionado los Beatles, porque no me enseñaron inglés en la casa, pero los argentinos me dieron todo lo que necesitaba”.
Por su parte, Páez celebró este intento por lograr una “fusión entre la música del Caribe y el rock argentino, lo que habla de que los puentes se están cruzando en Latinoamérica y se están generando nuevos híbridos que conformarán lo que será la música de este continente”.
Siguiendo en el asunto guitarrero -porque Páez no abandona nunca ese espíritu-, Él Mató a un Policía Motorizado, igualmente de Argentina, dio la sorpresa al derrotar a Babasónicos -entre otros- en la categoría de Mejor Álbum de Rock con su obra “Unas vacaciones raras”. El vocalista y bajista Santiago C. Motorizado agradeció el premio con muy pocas palabras.
Rosalía, igualmente ausente, se hizo acreedora a tres Latin Grammys, aunque adjudicarle dos de ellos resulta probablemente incorrecto, porque corresponden a las categorías de Mejor Diseño de Empaque y Mejor Ingeniería de Grabación, a diferencia del otro, el de Mejor Álbum de Música Alternativa, otorgado por los méritos de “Motomami (Digital Edition)”.
En lo que corresponde a hitos históricos, Bolivia obtuvo el primer Grammy de cualquier clase en su historia gracias a la victoria del productor Vladimir Suárez en la categoría de Mejor Álbum de Música Latina para Niños en Español por “A la fiesta de la música vamos todos”. Visiblemente emocionado, el profesional andino subió al estrado con varios miembros de su familia -incluyendo a un niño que dio sonoras muestras de felicidad- y con la cantante mexicana Sophia, quien puso su voz en el trabajo.
Por el mismo lado, mediante su creación “Indigo Borboleta Anil”, triunfadora en el rubro de Mejor Álbum de Música Popular Brasileña, Liniker se convirtió en la primera artista transgénero en ganar un gramófono, y lo celebró en el escenario dando un vibrante discurso en español (algo que no hacen normalmente los artistas de su país).
Yendo a nuestra región de origen, Chiquis Rivera, que es sumamente popular en Los Ángeles, el territorio del que procedemos y en el que ella misma nació, se llevó el premio al Mejor Álbum de Música Banda por su “Abeja Reina”; pero no estuvo en el auditorio para recibirlo.
Los latinos de L.A. estábamos también ansiosos por saber lo que sucedería con la banda local La Santa Cecilia, que se encontraba nominada en el área de Mejor Álbum de Cumbia/Vallenato por “Quiero verte feliz”; pero los votantes terminaron dándole preferencia a la producción de Jean Carlos Centeno y Ronal Urbina “Feliz aniversario”.
La música en vivo
Al igual que el acto televisado de gran perfil, la Premiere ofrece presentaciones musicales que se encuentran nominadas y que, sin estar rodeadas por el nivel de producción que se emplea posteriormente, resultan ciertamente llamativas e incluso más propositivas en el sentido de que no responden tanto a los dictámenes del ‘mainstream’.
Por ese lado, los trámites se iniciaron con el cantautor colombiano Fonseca, quien interpretó su éxito “Besos en la frente” acompañado por una guitarra y un piano acústicos, como si se tratara de una serenata.
Inmediatamente después, el estadounidense de origen boricua Luis Figueroa puso el toque salsero al interpretar su sencillo “Fiesta contigo”, esta vez al lado de una orquesta completa.
Jão, de Sao Paulo, sorprendió con su estilo semi rockero marcado por vientos, llevando traje y lentes negros mientras entonaba las notas de su composición “Idiota”.
El momento ‘campirano’ de la Premiere fue ofrecido por Carin León, de Hermosillo; Matisse, de Mexicali; y Édgar Barrera, de Tamaulipas. Ellos unieron fuerzas para darle vida a la balada norteña “Como lo hice yo”, de claras inflexiones sierreñas. La misma pieza se adjudicó luego el trofeo a la Mejor Canción Regional.
La ya veterana de la escena ‘indie’ Carla Morrison ofreció una versión particularmente sofisticada de la balada “Encontrarme”, vestida con un atuendo tan elegante como llamativo, caracterizado por unos guantes largos pero dueño también de un escote que permitía ver sus llamativos tatuajes, y secundada por un grupo musical numeroso que tuvo como fondo unas pantallas gigantes en las que se veían cielos cargados de nieve.
La colombiana Elsa y Elmar, que lleva cierto tiempo en esto pero sigue siendo una artista relativamente nueva, se unió a la artista emergente Bruses, de Tijuana, para protagonizar el momento más punk de la velada (si se puede usar el término en algo que tenga que ver con el Grammy).
Con su peculiar atuendo y sus brincos, la segunda, que ha recurrido al TikTok para alcanzar la fama, fue la más animada, aunque lo cierto es que las dos mujeres colaboraron de manera equitativa para darle un poco de locura a la tranquila ceremonia mientras se encargaban del tema “Qué voy a hacer conmigo”.
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