Entrevista a Ely Guerra: ‘ZION: un lugar seguro donde descansar’
Una experiencia única. Quizá de los mejores recuerdos que me dejará el oficio. Las mieles del periodismo. Conocer a entes así. La calidad del ser humano. Una calidez que parece inmortal. ¡Bárbaro! Lo grande que se siente platicar con una artista que te hace volar o aterrizar según las circunstancias, según las palabras y su poder balsámico; llevarnos en la comunicación, en la plática, esa savia de los viejos que sólo pocos cultivan, pero que Ely Guerra lo hace con absoluta parsimonia y en sincronía con el escucha, de una manera muy educada. Reitero, ¡qué grande se siente platicar con una artista así!
No está de más hablar de la importancia de Ely Guerra en la música mexicana en general, su capacidad vocal, su escritura musical, su precisión temática, su profundidad, creatividad, lucidez, eclecticismo, energía, pasión y espiritualidad, con mucho, mucho Rock que te eriza la piel. Se lo comenté al iniciar la entrevista y lo escribo ahora por acá, Ely Guerra es el referente femenino más valioso para el Rock Nacional, quien abrió todos los cauces y abolió los tabúes en la música y en muchas otras áreas, como el activismo político; sus canciones están incrustadas en la inmensa mayoría de los mexicanos y de muchos habitantes del mundo en la era global, prácticamente es el Soundtrack de nuestras vidas, y obviamente, hablar con alguien así, pone nervioso a cualquiera, una mujer así pone nervioso hasta al más estoico, lo firmo.
Jóvenes cantantes de Los Ángeles, desde Cuco hasta Los Retros y Ambar Lucid, irrumpen en las colecciones de discos de sus padres para forjar un nuevo sonido que abarca generaciones.
‘ZION’ (2019), el nuevo álbum completamente vocal de Ely Guerra, es un “acercamiento a la figura de su voz, a su fuerza y a su blandura, a su inquietud y a su tranquilidad; a su temperamento y a la naturaleza de su conducta. Es la invitación a realizar un viaje personal a través de las muchas diferentes voces de la cantante”.
En esta íntima entrevista, charlé con Ely Guerra en exclusiva para Los Ángeles Times en Español, sobre el espiritual Monte Sión y nuestra relación personal y metafórica que tenemos con él, del músico y maestro de mezcla de ‘ZION’ Frank Filipetti, del poder alegórico de la palabra y la música, del Subcomandante Insurgente Galeano —presente en el disco junto a otros pensadores—, de la empatía, la Patria, el hogar, la esencia y todo aquello que representa ‘ZION’.
En un podcast, la comediante Sarah Silverman lamentó la “la justicia porno” que es la cultura de la cancelación - y también habló sobre esa vez que llevaba la cara negra.
El monte Sión es mencionado en la Biblia como el centro espiritual y la “madre de todos los pueblos”, en el ‘Salmo ‘87:2’: “Ama Jehová las puertas de Sión más que todas las moradas de Jacob”. ¿Por qué nombrar de esta manera a tu nueva producción discográfica?
¡Wow! Me encanta que tú te hagas un referente y no nada más te suscite curiosidad, sino que además de todo, realices una pequeña reflexión acerca de este título.
Nathan Jurgenson, un sociólogo empleado por Snap Inc. mira en lo más profundo de sí mismo en su libro “The Social Photo” (La foto social): sobre fotografía y medios sociales”.
La realidad es que, cuando yo inicio el proyecto, de alguna manera empiezo a obedecer al instinto creativo de hacer un disco absolutamente vocal, hubo mucha interferencia en el sentido de “por qué quiero hacer algo distinto”, “qué es lo que me quise demostrar”, “hacia dónde quiero ir” y hubieron muchos enfrentamientos técnicos, también, porque me di cuenta que era un disco que debía crear en soledad, que no quería realmente estar con ningún productor, como tampoco con ningún ingeniero, entonces empiezo a resolver cuestiones técnicas para llevarlo a cabo; tomó tiempo, y en este tiempo sobrevino la clásica reflexión que de alguna u otra forma me confronta y me hace sentir que a lo mejor hasta aquí di el ancho, hasta aquí dejé la música, hasta aquí logré hacer algo con mi carrera, y todo este circuito te lleva a confrontarte y a sentirte en un lugar muy incomodo, de muy poca luminosidad, me hizo ver que yo a lo que me estaba enfrentando era la propia subida a mi particular cima de ese Monte Sagrado que todos tenemos.
No había mejor referencia que la del Creador. No había mejor referencia que mencionar a este Monte que está en Jerusalén, a este lugar que es Sagrado y que para mí es una pequeña analogía, una minúscula metáfora personal de cómo siento que todos y cada uno de nosotros tenemos una cima que conquistar.
Desde este lugar y con toda madurez.
Claro, es así. Desde este lugar, donde yo siento que estoy mirando hacia arriba y veo que me falta mucho camino, un extenso trayecto, y pienso de qué manera lo voy a enfrentar. Todos tenemos que caernos para poder levantarnos.
¿Cómo ha sido trabajar en ‘Zion’ con el maestro de mezcla Frank Filipetti, quien ha laborado antes con bandas como ‘Foreigner’, ‘The Bangles’, ‘Metloaf’, ‘Kiss’ y ‘1.,000 Maniacs’, y con artistas como Barbra Streisand, George Michael, Billy Joel y Elton John?
Sí, un tremendo músico, porque no olvidemos que Frank arranca su carrera como un cantautor que hace música con sus instrumentos y que de repente entiende que es un ingeniero que puede mezclar y que es capaz de involucrarse no en uno ni en dos ni en tres géneros sino en toda la diversidad musical, incluyendo el Teatro Musical, que aquí podríamos agregar a tu lista; la bendición de haberme topado con Frank, de hacer una amistad, de sentirnos en comunicación verbal pero también emocional con este plan; cuando yo le digo “Frank, estoy iniciando un proyecto solamente vocal”, Frank me dice “Oh, that sounds interesting, whatever you need, tell me”, pero no le dimos mucha importancia, fue un dejo, un guiño que después se convirtió en algo muy serio y particular, porque cuando le envío una primera canción, Frank de manera inmediata —no se tardó ni media hora— me llamó por teléfono y me dijo “Ely, ahora entiendo de lo que hablas”, y fue realmente una voz, fue un portador de un mensaje muy importante: “Continúa, no te rajes, estás sola en esto pero no debes preocuparte porque vas por muy buen camino”; fue trabajar con un papá, con un personaje absolutamente sensible, alejado de los reflectores en total humildad, es un personaje real, uno que celebró en todo momento ‘Zion’ porque él como muchos de nosotros, sentimos que ahorita hay un intento por la percepción, que de alguna u otra manera más allá de poner a la música Pop en un lugar importante culturalmente, lo que hace es degradarla, ese deseo por ser perfectos y ‘Zion’ está lleno de imperfecciones que a Frank lo sedujeron y lo hicieron sentirse parte y vibrar, lo orillaron escuchar algo muy nuevo, a pesar de toda la música con la que él ha colaborado; él insistió mucho en decirme “esto es algo que nunca escuché”; esa magia que él encontró en algo tan nuevo fue hermoso de poderla traducir juntos, y haber estado con él y continuar estándolo a la distancia, porque Frank forma parte de cada momento que vive el lanzamiento de ‘Zion’, es algo invaluable para mí, es realmente importante y me siento muy afortunada de que él inclusive me llame para decirme “eres como mi hija y me siento orgulloso de que estés haciendo esto Ely, habla del valor que tienes y de la artista que eres” y esas cosas son honestamente invaluables porque, en este camino en el que la incertidumbre tiene un peso importante, contar con un cómplice como él ha sido realmente importante.
Un bálsamo.
Obviamente un bálsamo, un refugio, un lugar seguro donde descansar.
¿El amor no puede nacer de una metáfora?
El amor puede nacer de una metáfora, lo dijo Milan Kundera (1929) en ‘La insoportable levedad del ser’ (1984), creo que todos nosotros, los que de alguna manera acariciamos el deseo de expresar a través de las palabras lo que es el amor, la experiencia de vivir, pues creamos metáforas y hacemos que el mundo se doble en un pañuelo o lo volteamos de cabeza a través de la expresión verbal con tal de transmitirte una emoción humana, entonces sí, el amor puede nacer de una metáfora, efectivamente.
“Contra la muerte, nosotros demandamos vida. Contra el silencio, exigimos la palabra y el respeto. Contra el olvido, la memoria”. Fueron las últimas palabras del Subcomandante Insurgente Zapatista conocido como “Marcos”, en la carta íntegra ‘Entre la luz y la sombra’. ¿Qué representa para Ely Guerra esta oración, y por qué integrarla a la lírica del tema “Harmonic”?
Justamente hace dos días enviábamos misivas ahora al Subcomandante Galeano porque sin duda, el Subcomandante Marcos en algún momento —2014— con esta carta y este discurso poderoso que él ofrece, en absoluta verdad, en absoluta humildad y sobre todo con una fuerza, distingue lo importante. Más bien, yo diría cómo no incluirlo, cómo no poner en evidencia, desde una esquina donde nosotros como músicos también estamos generando y creando una energía para que en nuestro país siga existiendo la verdad, la igualdad, la honestidad, el estar unidos, el sentir seguridad, y bueno, estas palabras van a ser un eco que para mí siempre me perseguirá “Contra la muerte demandamos vida” por supuesto, no podemos ir en contra de la vida, tenemos siempre que pensar que la muerte es parte de un proceso natural de la vida, no es algo que se imponga y no es algo que tengamos que elegir como si fuéramos el Creador, entonces este discurso era importante y me parecía primordial arrancar “Harmonic” con las palabras tan profundas que el Subcomandante dijo a la hora de despedirse y decir “ya no existo más públicamente”; pero creo aquí es más bien el poder de la palabra, lo que juega en esta pieza de “Harmonic”, lo que yo trato de decir es por qué hablamos tanto y a veces no nos podemos comunicar. “Harmonic” lo que propone es comunicarnos, es abrir espacio al dialogo y ser sensibles a la palabra del otro y armonizarnos en eso.
La voz del ahora Subcomandante Insurgente Galeano se funde con las de Jesucristo, Sor Juana Inés de la Cruz, José Saramago, Martin Luther King, Milan Kundera, Sócrates y Winston Churchill. ¿Por qué esta Pléyade de pensadores en armonía?
Porque todos hablaron de verdad, de poder, de libertad, de igualdad y de humanidad; de alguna forma “Harmonic” lo que intenta explicar es que estamos todo el tiempo en comunicación (como te mencionaba antes), pero ni siquiera nos escuchamos, no tenemos el canal abierto al entendimiento y sentí que todas estas frases lo que explican es “abramos el entendimiento”, abramos la puerta a la sensibilidad, el otro es importante.
José Saramago tiene una frase importante justamente en el compañerismo, lo que acompaña “somos los que acompañamos, yo soy tu compañero en este viaje, no hay manera de cancelar el viaje juntos, tenemos que armonizarnos nuevamente”, por eso, al principio hay muchas voces en la pieza que no se entienden, y al final sigue siendo un tumulto pero no sé si lo percibes, que parece que se entiende, que hay un líder que de repente dice algo y los demás lo siguen, esa es un poco la idea de “Harmonic” y de la inclusión de todos estos maravillosos personajes que le han dado cauce a la humanidad.
El mensaje fue enviado.
Exactamente, que todos ellos lucharon, batallaron fuerte. El mensaje fue enviado y lo hemos recibido en diferentes momentos de la historia de nuestra humanidad.
¿Son voces que menguan el desorden?
Son voces que de alguna manera están en desorden, porque todos convivimos siempre de manera individual y colectiva y parece un caos, pero tienen un ritmo y pueden ir al mismo tiempo, y por eso yo también digo “en el caos se extravió y desde el caos volverá”, es una reflexión más bien a esta insistencia de armonizar y no importa qué tan diferente seamos, no importa qué tan distinto pensemos, no importa qué tan dispar sintamos, pero somos compañeros de este viaje; es primordial armonizar aunque pienses diferente que yo, aunque sientas diferente que yo, eso es válido; la tolerancia, el respeto…
La empatía.
La empatía, exacto, de eso habla “Harmonic”.
¿Sigue siendo de nosotros la Patria?
Sigue siendo. En mi opinión, absolutamente, yo lo hago evidente en una de las canciones que no son de los sencillos, que se llama “Mía Patria” pero que está en nuestra página la letra ya para leerse; es nuestra Patria, sin duda, aquella donde tú sientes defender tu territorio, y adonde tú puedes comulgar con tu comunidad, con tu sociedad; es tu Patria aquello donde nacen tus hijos, donde los educas, donde les das la oportunidad de vivir la vida, de crear felicidad en sus vidas, de tocar fondo y de lamentarse también por sus vidas; es donde crecimos, donde mamamos, donde aprendemos, donde nos reproducimos… La patria para mí es una referencia a la madre, pero también es referirse a ese lugar geográfico al que perteneces, y en “Mía Patria” yo intento explicar lo que es un himno nacional para mí, el Himno Nacional de México habla obviamente del honor a nuestra Patria, pero yo toco a la Patria desde otro lugar, desde la cocoa, desde la vainilla, desde esa madre que te abraza aunque seas un hijo que nunca atiende al llamado; es también la lucha, el saber lo que deseamos con “Harmonic”, caminar juntos, tolerarnos. Sí, la Patria es algo que para mí debe existir y formar parte de mi escala de valores en una medida importante.
Hablar de lo que uno está escribiendo es como destapar un frasco de perfume precioso: el aroma se evapora. Hay que mantenerlo cerrado y escribir. ¿Te pasa lo mismo al hablar de ‘Zion’?
Sí, me pasa lo mismo, aunque siento que su fragancia es perdurable, que tiene que ver con el recuerdo, que no necesitamos precisamente olerlo físicamente, pero es la marca de un recuerdo, es como cuando estamos conversando, entramos a una habitación nueva y nos miramos y decimos “¿oliste eso, no te recordó aquello, no sentiste tal cosa?, o como cuando estás en un lugar desconocido y hueles algo y dices “oh, esto me llevó a mi infancia”, es esa emoción, ‘Zion’ es esa emoción para mí, cuando la comparas con este frasco que se abre y que suelta su aroma; pero hay que ser celosos, hay que volverlo a tapar para que perdure el aroma; yo lo que te digo es no… No pasa nada si lo dejas abierto y si se evapora, porque eso va a ser un recuerdo, es una marca, es un lugar que nos va a permitir volver a él con el recuerdo, el olfato de manera inmediata y de manera automática responde sin tener la experiencia física.
Remembranzas encapsuladas…
Absolutamente. A mí me gusta hacer perfumes y entiendo muy bien de lo que hablas. Nunca he visto la música de manera ordinaria, es decir, yo no escribo música —cuando digo que no escribo música me refiero a que no escribo pautado—. Yo no estudié música, este es un aprendizaje lírico; creo que yo tengo una cuestión más bien emocional…
Autodidacta totalmente.
Sí. Soy autodidacta pero hago perfumes y lo comparo con la música. Siento que son dos espacios exactamente iguales creativamente, entiendo muy bien la comparación que haces con los aromas, porque sí, los aromas también necesitan de nota alta, de nota media, de nota baja para ser un perfume, si un perfume no tiene una de estas notas no logra su redondez, no logra su buqué, lo mismo pasa con la música, hay una matemática importante; ¿qué es lo que ocurre?, que una vez que lo entregas ya tu cuerpo lo captura, tu mente lo aprisiona y después esto es la memoria, es la memoria que todos tenemos, a la que todos recurrimos, es la famosa Saudade que expresarían en portugués, en Brasil o en Portugal, y que a nosotros tanto nos remite no a la nostalgia, porque Saudade tiene algo más que la nostalgia, es algo más hermoso aún, más positivo, no sé hacia dónde llevarlo, pero entiendo muy bien de lo que me hablas.
¿Por qué decidiste realizar este retiro personal que dio paso a ‘Zion’?
La realidad es que uno toma ciertos caminos porque hay un instinto y el instinto creativo me obligó a entender que este era un retiro mucho más alejado de lo tradicionalmente con el resto de mis discos. La realidad es que dije sí a una propuesta personal, que como siempre, es tirarse al vacío y es empezar a desmenuzar la experiencia, vivirla y acatar sus resultados, porque no siempre fue agradable, no todo el tiempo fue una experiencia luminosa sino todo lo contrario, me puse en una esquina muy incómoda. ¿Por qué aceptar el reto? Porque no me queda de otra, porque así estoy congeniando con una voz que se alza contra…
Contra el establishment…
…Fíjate que ni siquiera es eso, porque lo establecido dice que te pongas a trabajar y yo pienso sí, pero hay que establecer que ponerse a trabajar también merece hacerlo desde la esquina diferente, donde encuentras a tu propio ser, donde cumples con el propósito, donde entregas al mundo algo original que no tenía ninguna otra copia porque tuviste la oportunidad y la gran bendición de ser el primero en descubrirlo, todo esto, que además no es el hilo negro cuando me refiero a descubrir algo, pero creo que me entiendes, es la emoción de vivir una experiencia; así que siempre he obedecido ese instinto por más feo que se vea el camino. ‘Zion’ fue obedecer al instinto creativo, obedecer al instinto del músico que soy, obedecer a continuar el legado de todas esas voces que tú mencionaste de un Subcomandante Insurgente Galeano o de un Sócrates o de una Sor Juana Inés de la Cruz, pues sí, somos un hilo conductor, tenemos grandes maestros de lealtad, de libertad; cómo no perseguir esa libertad a través de nuestro trabajo.
Fuiste a tus raíces.
Sí, es literalmente una búsqueda personal que tiene absolutamente todo que ver con los demás, con lo que me rodea, con mi país, con las experiencias que llevo, como mujer en México, en el lugar en el que vivo en Coyoacán, que al final tampoco es tan ajeno.
¿Qué aprendiste?
Aprendí mucho. Aprendí a conocerme más, estoy descubriendo a la persona que soy, estoy entendiendo muchas cosas de mí a profundidad y me siento muy feliz de haber aceptado este reto, de tocar fondo de una manera tan importante en una edad tan distinta. Arranqué escribiendo ‘Zion’ a los cuarenta, ahora voy para los 48 años, en estos últimos siete años pasados la vida tampoco la ves de la misma manera, entras a la famosa crisis de los cuarenta que sí existe, entra la reflexión, entras en una dinámica extraña que ‘Zion’ también abrazó de una manera muy importante, y ahora me permite sentirme más fuerte, más consolidada, me concede pasar de la incertidumbre, no sentir vacilación en la oscuridad sino todo lo contrario, una luminosidad de un campo de oportunidades, es ver el otro lado de las cosas. Es muy emocionante también haberme permitido estar lejos de los que amo, de la familia, de los amigos; darme la oportunidad de disciplinarme, de congregarme conmigo; así que aprendí sin duda a ver el otro lado de las cosas, como diría Julio Cortazar.
La lucha del alma contra el mundo sensual es el evangelio del mundo moderno. Convérsame sobre la sensualidad que desborda Ely Guerra arriba en los escenarios, porque después de verte tocar en vivo, ya nada vuelve a ser como antes.
La sensualidad y la parte erótica de la mujer es un regalo divino que no podemos desperdiciar, que no debemos ponerlo en tela de juicio, que no se niega, que no debe ocultarse o silenciarse sino lo contrario, es una celebración, es siempre un estimulo que nos permite crear vínculos con los demás. La belleza es algo que nos importa a los seres humanos, es algo que nos forma, que nos cautiva, que nos seduce y para mí la música ha sido un vínculo que me ha dado la oportunidad de celebrar esta libertad de sentirme sensual, de sentirme eróticamente correcta por así decirlo; en un plano donde comencé una carrera, donde siempre se me regañó porque no querían que fuera quien era yo, porque era machista en ese momento el espacio en el que yo desarrollaba mi música; siempre se me castigó por decir cosas sensuales, sexuales inclusive; a voz, grito, y yo pensé: “pues mocho tú, yo qué”.
Esta libertad creativa siempre ha existido en cualquier autor, siempre ha existido en cualquier artista, escritor, pintor, escultor, ¿cómo no va a existir en la música popular? Obedecer a esta parte sensual siempre ha sido un acierto porque es lo natural, lo tenemos todos y es nuevamente un tejido que nos hace socializar, que nos hace pertenecer y que nos permite ser parte de la historia que vivimos en este momento.
“El hogar es el centro donde el corazón permanece defendido”, escribes en la exegesis de “Atrium”. ¿Qué tan doméstica es Ely Guerra?
Mucho, porque uno siempre tiene la emoción de empezar a trabajar, de que tienes un lugar seguro donde querer ir, que es el hogar, imagínate ese hogar, visualízalo. ¿Qué visualizaba yo? La cocina, donde el fuego está, donde tú llegas y lo primero que voy a hacer es alimentarte, en donde tú llegas y lo primero que voy a hacer es cuidarte, cubrirte, decirte “qué necesitas”, “ven”, “siéntate”, “permíteme consentirte”. Esta cuestión maternal, a pesar de que nunca quise tener hijos, me ha acompañado, porque claro, tengo una gran maestra, mi mamá Gloria es así pero además de eso México es así. ¿Qué tan doméstica soy? Totalmente doméstica. Nunca salgo de casa, no soy fiestera, prefiero celebrar en casa lo que haya que celebrar, prefiero invitarte a llenarte la barriga. Mi hogar tiene mi propio estudio y mi propio laboratorio para hacer perfumes; estoy hablando de espacios muy pequeños y modestos, no estamos hablando de cosas estrafalarias y escandalosas, me refiero a la construcción de un sueño que no ha sido sencillo y que estos espacios sencillamente lo que representan son laboratorios creativos, estos sitios tendrían que estar en mi hogar, no podían estar en otro lugar.
¿Qué estás leyendo ahora?
Estoy leyendo a un autor español que más que autor era un personaje maravilloso, teólogo pero además de todo con un poder de palabra y que escribía en latín, en italiano, en español obviamente y en inglés, Raimon Panikkar (1918, 2010), estoy leyendo las ‘Obras completas’ de mística y espiritualidad (Herder, 2015). Entré mucho en este tema obviamente después de escribir ‘Zion’, yo quería saber si esto era místico o espiritual, ¿qué está explicando Zion? porque a mí también me provoca cosas. Al final me doy cuenta que de eso se trataba, y aterricé en este fabuloso compendio de este maravilloso personaje que viajó por diferentes regiones para entenderlas y para explicarnos de alguna u otra manera entre el budismo, cristianismo y diferentes plataformas de religión, incluida la católica, pero él lo pone de una manera muy humana. Yo creo en Dios, tengo una fe muy fuerte en Dios pero odio la religión, me parece que no tiene nada que ver con la fe. Haber aterrizado en este maravilloso compendio de obras completas de Raimon Panikkar, en específico de mística y espiritualidad, es algo que les recomiendo ampliamente. Son dos compendios grandes y son deliciosos, es increíble leerlos.
¿Vienen tiempos mejores?
Sí, vienen tiempos mejores, yo siento un tiempo esperanzador ahora mismo; hay una incertidumbre, pero yo no veo oscuridad en la incertidumbre, veo una incertidumbre luminosa, claro que nos da miedo, que te da de repente flojera, “oye, ya nos cansamos, ya son treinta años de estar luchando en la música”, pero no nos vamos a rajar, ¿verdad?, vamos a seguir nadando, como en “Into the Desert”, Swim hard, ¡te vas a esforzar!
Tengo ganas de ver la claridad que nos viene, de celebrar cuando llegue el momento de celebrar, tengo ganas de festejar mi éxito cuando llegue el momento de verlo florecer, porque ahora estamos disciplinados, entregados y trabajando en medio de esta incertidumbre. Creo que tenemos siempre una muy buena motivación para continuar, que es la esperanza.
¿Cómo invitarías a tus escuchas a resguardarse en este conjunto de himnos gloriosos, los cánticos de ‘Zion’?
Lo que más tratamos de comunicar es que es muy linda la diversidad justamente que nos brinda la globalización, la televisión, lo digital, el estar conectados a distancia con Japón, con Estados Unidos, con Europa, con Nueva Zelanda, con Australia, con Islandia, esta facilidad de comunicarnos a distancia nos permite conocer la distancia musical, el arte popular a través del sonido. ‘Zion’ forma parte de este universo musical, de este universo sónico que hoy existe. La invitación es qué padre que podamos escuchar música en un sentido global y que ‘Zion’ también sea parte de tu mundo sonoro, así que sentimos que ‘Zion’ forma parte de un momento de introspección, de un momento de reflexión personal, que ‘Zion’ está conformado para tener un momento contigo mismo y que después te vayas a bailar o a gozar con otras canciones de otros artistas, pero que ‘Zion’ entra en tu mundo porque todos tenemos emociones distintas que celebrar en la vida; así que los invitamos a tomar un momento de calma, a meditar con ‘Zion’, sentimos que es como entrar en una meditación que te proporciona calma, que te da la ventaja de escuchar el propio pulso de tu corazón y continuar en la vida.
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