El expresidente mexicano aceptó un soborno de $100 millones por parte de ‘El Chapo’, aseguró un testigo - Los Angeles Times
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El expresidente mexicano aceptó un soborno de $100 millones por parte de ‘El Chapo’, aseguró un testigo

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Dos meses antes de asumir la presidencia de México, en 2012, Enrique Peña Nieto aceptó un soborno de $100 millones de dólares por parte de Joaquín “El Chapo” Guzmán, declaró un testigo en el juicio que se lleva a cabo en EE.UU. contra el líder de la droga, el 15 de enero.

Alex Cifuentes Villa, un colombiano que trabajó en estrecha colaboración con Guzmán y aguarda su sentencia por narcotráfico, le dijo a una corte de Brooklyn que Peña Nieto originalmente había solicitado $250 millones, si bien reconoció que podía “tener alguna confusión con los números”.

La explosiva acusación de corrupción en los niveles más altos del gobierno sacudió a México, donde una serie de escándalos que rodearon a Peña Nieto redundaron en una profunda falta de popularidad para él y su partido político al final de su mandato, en 2018.

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Peña Nieto no respondió de inmediato al testimonio. Sin embargo, cuando las acusaciones de corrupción surgieron a principios del juicio, en 2018, un portavoz del expresidente las consideró “falsas y difamatorias”.

Claudia Ruiz Massieu, quien se desempeñó como secretaria de asuntos exteriores para Peña Nieto y ahora es presidenta de su Partido Revolucionario Institucional, emitió un comunicado, el martes 15, alegando que la acusación de soborno le “parece completamente inverosímil”. “Los testigos protegidos a menudo buscan beneficios a cambio de decir lo que quieren las autoridades”, remarcó. “Tenemos que evaluar este tipo de declaraciones con cuidado”.

Como primer mandatario, Peña Nieto continuó la estrategia lanzada por su antecesor, de intentar debilitar a los poderosos cárteles de la droga del país matando o arrestando a sus líderes.

Fue durante su mandato que las fuerzas armadas de México capturaron a Guzmán, en 2014, solo para que él volviera a escapar antes de ser capturado nuevamente en 2016. El gobierno de Peña Nieto luego lo extraditó a Estados Unidos, para enfrentar un proceso por cargos de narcotráfico y asesinato.

Peña Nieto “persiguió, capturó y extraditó al criminal Joaquín Guzmán Loera”, tuiteó en 2018 Eduardo Sánchez, un portavoz del gobierno mexicano, después de que uno de los letrados defensores de Guzmán sugiriera que dos presidentes mexicanos habían recibido sobornos del cártel de Sinaloa.

El martes, en la corte, el abogado defensor de Guzmán, Jeffrey Lichtman, dijo que en reuniones de abril de 2016 y noviembre de 2017, Cifuentes declaró ante los fiscales que Peña Nieto había contactado a Guzmán en 2012.

Según Cifuentes, Peña Nieto, quien resultó electo en julio de ese año, dijo que si Guzmán le daba dinero, no tendría que preocuparse por la continuación de su negocio de drogas, afirmó Lichtman.

“¿El mensaje fue que el señor Guzmán no tendría que permanecer escondido?”, preguntó Lichtman a Cifuentes.

“Sí, eso mismo fue lo que me dijo Joaquín”, respondió Cifuentes.

El testigo también declaró que Peña Nieto recibió el dinero a través de un intermediario en octubre de 2012, dos meses antes de asumir la presidencia.

Peña Nieto fue acosado por una serie de escándalos de corrupción durante sus seis años de mandato. En 2014, los periodistas revelaron que su esposa había comprado una mansión de mármol blanco a un contratista del gobierno, en condiciones favorables.

También fue acusado por la prensa de poner fin a investigaciones federales sobre acusaciones de soborno que involucraban a uno de sus colaboradores cercanos y la constructora brasileña Odebrecht. Su Partido Revolucionario Institucional (PRI) estuvo implicado en un plan de corrupción a nivel nacional, que incluyó canalizar decenas de millones de dólares en fondos públicos para ayudar a los candidatos a gobernador del partido.

Los escándalos ayudaron a que Peña Nieto fuera el mandatario menos popular de México desde que los encuestadores comenzaron a realizar sondeos, en la década de 1990, y contribuyeron al pobre desempeño de su partido en las elecciones nacionales del verano pasado.

El nuevo presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, promovió un mensaje anticorrupción y ganó de manera aplastante en 2018, cuando su Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), de izquierda, triunfó en gran parte del país.

El vasto caso de narcotráfico en contra de Guzmán ofreció una mirada íntima a la corrupción generalizada que involucra a funcionarios, militares y policías.

El martes, en la corte, Lichtman afirmó que Cifuentes también le dijo a los fiscales que un grupo rival de narcotraficantes, el cártel de Beltrán-Leyva, le pagaba al expresidente Felipe Calderón por protección militar contra Guzmán. Cifuentes, sin embargo, no recordó haber mencionado eso.

En cambio, sí recordó otros hechos de corrupción militar y policial en México, y concordó en que le dijo a los fiscales que Guzmán pagó entre $10 y $12 millones para iniciar operaciones militares para matar o capturar a individuos asociados con el cártel de Beltrán-Leyva. “Esas eran las cantidades que oía”, indicó.

Cifuentes también expresó que, junto con su esposa, trabajaron con la policía federal mexicana para importar cocaína de Argentina a México.

“¿Les dijo que las maletas llenas de cocaína eran enviadas en aviones?”, le preguntó Lichtman a Cifuentes.

“Sí”, respondió él.

La policía tenía fotos de las maletas para identificarlas, y luego vendía la droga, indicó el testigo.

“¿Los policías eran clientes de los narcotraficantes?”, inquirió Lichtman.

“Sí”, expresó Cifuentes.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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