Baja la criminalidad en Aurora, pero Trump la cita como ejemplo de delincuencia inmigrante - Los Angeles Times
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Baja la criminalidad en Aurora, pero Trump la cita como ejemplo de delincuencia inmigrante

ARCHIVO - Una persona sostiene una pancarta durante una manifestación
ARCHIVO - Una persona sostiene una pancarta durante una manifestación del Colectivo Comunitario de East Colfax para abordar los problemas crónicos en las unidades habitacionales donde viven personas desplazadas de sus países de origen en América Central y del Sur, el 3 de septiembre de 2024, en Aurora, Colorado.
(David Zalubowski / Associated Press)
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La ciudad de Aurora tiene aproximadamente el mismo tamaño que tenía Tampa, Florida, antes de la evacuación. Con 400.000 habitantes repartidos en 424 kilómetros cuadrados (164 millas cuadradas), cuenta con vecindarios elegantes, vecindarios de clase trabajadora y el complejo turístico de lujo donde Donald Trump realizará un mitin el viernes para poner el foco de atención en una ciudad que los inmigrantes han convertido en una “zona de guerra”, según su equipo de campaña.

Pero la realidad dista mucho de la versión que Trump ha presentado a quienes acuden a sus mítines. Al igual que en muchas otras ciudades estadounidenses, de hecho, los índices de criminalidad en Aurora están bajando.

El incidente a raíz del cual Trump volteó la mirada hacia este suburbio de Denver ocurrió en agosto en una sola cuadra de la ciudad, en un edificio de apartamentos con inmigrantes venezolanos.

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En esos días apareció un video que mostraba hombres fuertemente armados tocando de puerta en puerta por toda la unidad habitacional, cuyos propietarios, quienes se encontraban en Nueva York, afirmaban que una pandilla venezolana estaba extorsionando a los inquilinos y exigiéndoles el pago de una renta. Según la policía, una persona que no vivía en la unidad fue abatida a tiros más o menos en el tiempo en que se grabaron las imágenes.

Ahora, dos meses después, las autoridades afirman haber identificado a los seis hombres que aparecen en el video, uno de los cuales ha sido arrestado. Los inquilinos del edificio aseguran que la policía realiza controles periódicos y que la zona es segura.

“Se fueron y todo está tranquilo”, dijo esta Edward Ramírez, de 38 años, refiriéndose a los atacantes mientras se subía a su coche. Más de una docena de inquilinos, entre ellos Ramírez, dijeron que el peligro ha disminuido. “Hay tranquilidad, podemos trabajar, hay normalidad”.

Trump se aprovecha de un hecho delictivo local

La tasa de criminalidad en Aurora ha seguido una tendencia a la baja observada en todo el país, un declive que coincide con la llegada de inmigrantes venezolanos que huyen de su país y se han asentado en Colorado y otras ciudades en todo Estados Unidos.

Múltiples estudios muestran que los inmigrantes tienden menos a cometer delitos que los estadounidenses nacidos en el país. Pero Aurora también es un ejemplo de cómo Trump ha sido capaz de valerse de casos reales pero aislados de violencia relacionada con inmigrantes para difamar a toda una comunidad. Utiliza esos ejemplos para pintar una imagen de un país sumido en el caos por culpa de lo que él en muchas ocasiones ha llamado una “invasión” de inmigrantes.

“¿Ven lo que están haciendo en Colorado? Se están apoderando de todo”, dijo Trump acerca de los pandilleros venezolanos, durante un mitin en Reading, Pensilvania, el miércoles. “Se están apoderando de los inmuebles. Se están convirtiendo en promotores inmobiliarios de Venezuela. Tienen equipo que nuestros militares no tienen”.

Las generalizaciones de Trump sobre Aurora —cuando su equipo de campaña anunció el mitin, describió la ciudad como una “zona de guerra”, haciendo eco de una nota publicada en el periódico conservador New York Post que usó esa expresión— han sido enérgicamente rebatidas por los residentes de la ciudad.

“La visita del expresidente Trump a Aurora es una oportunidad para mostrarle a él y a la nación que esta es una ciudad bastante segura, no una ciudad invadida por pandillas venezolanas”, dijo en un comunicado el alcalde Mike Coffman, quien criticó a Trump en varias ocasiones cuando fungió como congresista republicano. “La realidad es que las inquietudes sobre la actividad de las pandillas venezolanas han sido enormemente exageradas”.

El gobernador Jared Polis, de filiación demócrata, señaló que Aurora ha luchado durante mucho tiempo para sacudirse su reputación como el suburbio más peligroso de Colorado. Es la tercera ciudad más poblada del estado y ha vivido durante mucho tiempo a la sombra de su vecina, Denver. Una quinta parte de los habitantes de Aurora nacieron en otro país.

“Esta ciudad es más segura de lo que era antes”, dijo Polis en una entrevista. “Las cosas van muy bien” en Aurora, añadió Polis, “y no quiero que ande circulando por ahí esa extraña narrativa contraria”.

El equipo de campaña de Trump no respondió cuando se le preguntó cómo podía sustentar su afirmación de que la ciudad era una “zona de guerra” cuando los índices de criminalidad han disminuido. El mitin de Trump se llevará a cabo en el Gaylord Rockies Resort & Convention Center, a unos 16 kilómetros (10 millas) de la unidad habitacional donde ocurrió el incidente. Su agenda no indica que tenga previsto visitar el vecindario.

Aurora se ha convertido en un imán para los inmigrantes venezolanos

La manera en que Trump ha descrito la ciudad y la forma en que funcionarios y residentes lo han rebatido, guardan similitud con los falsos rumores que el candidato republicano y su compañero de fórmula, JD Vance, propagaron sobre los inmigrantes haitianos, a quienes acusaron de robarse y de comerse a las mascotas en Springfield, Ohio. La repetición de esas mentiras provocó múltiples amenazas de bomba contra escuelas, edificios gubernamentales y hogares de funcionarios municipales, así como evacuaciones y cierres forzosos, y obligaron a las autoridades locales a cancelar una celebración anual de la diversidad, las artes y la cultura.

Aurora experimentó un “ligero” repunte de la delincuencia que coincidió con la llegada de un elevado número de venezolanos a la ciudad en septiembre de 2023, declaró el jefe de la policía local, Todd Chamberlain, en una conferencia de prensa el mes pasado. Pero ese aumento ha remitido desde entonces. Según datos de la policía de Aurora, el mes pasado, el número de delitos graves reportados en la ciudad —desde homicidios hasta robos de vehículos— se redujo en un 12% en comparación con septiembre de 2023.

Los inmigrantes comenzaron a llegar a Denver a finales de 2022, cuando se produjo un repunte en las estadísticas de criminalidad a nivel estatal, tras un aumento paulatino que inició durante la pandemia. En 2023, cuando un creciente número de venezolanos llegó a Denver, donde vendían flores en las esquinas o les ofrecían a los conductores un rápido lavado de parabrisas, la criminalidad bajó a nivel estatal.

El ayuntamiento de Aurora aprobó una resolución que se oponía al reasentamiento de los inmigrantes en su ciudad, pero las organizaciones sin fines de lucro encontraron propietarios de inmuebles dispuestos a alquilarles una vivienda. Otros llegaron por su cuenta, atraídos por alquileres más baratos que en otras ciudades.

En julio, cuando se llevaron a cabo las elecciones en Venezuela, miles de personas se reunieron en un centro comercial en Aurora y la policía reportó que personas que tenían la intención de celebrar la derrota del presidente Nicolás Maduro —quien se declaró ganador a pesar de que el conteo mostraba que había perdido— habían disparado al aire después del evento.

Un suburbio peligroso que va mejorando poco a poco

Durante su campaña, Trump frecuentemente ha citado ejemplos específicos de inmigrantes que cometen delitos, muchos de ellos casos macabros como el de Laken Riley, una mujer de Georgia, de 22 años, que fue asesinada en un sendero para corredores en febrero. Un venezolano que ingresó al país sin autorización en 2022 ha sido acusado de asesinato y otros delitos en relación con ese caso.

Trump ha afirmado que Venezuela está vaciando sus cárceles y hospitales psiquiátricos para enviar a sujetos peligrosos a Estados Unidos, y ha sostenido que Caracas, la notoriamente violenta capital venezolana, es más segura que muchas ciudades estadounidenses. Esta última afirmación suscitó la incredulidad de los inmigrantes venezolanos, quienes dicen sentirse mucho más seguros en Aurora.

“Aquí se está mil veces mejor que en Venezuela”, dijo Dexe Medina, de 44 años, mientras salía de la unidad habitacional en Aurora.

Los edificios tienen muchas ventanas rotas, las luces de los pasillos no funcionan y la basura y los colchones desechados se desparraman de un contenedor de basura ubicado en la parte posterior de la unidad habitacional.

El incidente de agosto llamó la atención, en parte, debido a estas condiciones de deterioro. Las autoridades locales clausuraron uno de los tres edificios de departamentos propiedad de CBZ Management debido a las condiciones insalubres en los inmuebles, y afirman que se encontraban en mal estado desde hacía mucho tiempo, antes de la llegada de los venezolanos. Pero CBZ respondió que no podía ocuparse del mantenimiento porque una conocida pandilla venezolana, el Tren de Aragua, se había apoderado de los edificios.

Los dos edificios que todavía se encuentran en uso han pasado a manos de las autoridades y los residentes dicen que esperan que la nueva administración finalmente lleve a cabo trabajos de mantenimiento periódicos. Medina, quien afirma que las condiciones han mejorado ligeramente, dice que antes había “montañas” de escombros y basura en los patios entre los edificios.

Durante mucho tiempo, el vecindario donde se asentaron muchos venezolanos, ubicado cerca de Colfax Boulevard, una calle descuidada que se autodenomina la más larga del país y se extiende desde Aurora hacia el oeste, pasando por la vecina Denver, hasta las estribaciones de las Montañas Rocosas, ha sido uno de los más conflictivos de Aurora. En la esquina opuesta a la unidad habitacional hay una cámara sobre la valla perimetral de una guardería y una voz grabada advierte a los visitantes: “Usted está siendo vigilado”.

Los residentes que llevan más tiempo en el lugar dicen que han oído disparos ocasionales a lo largo de los años, pero que ahora el ambiente parece relativamente tranquilo.

“Honestamente, esta zona, en general, ha mejorado”, afirma Diego García, de 18 años, quien cursa el último año de secundaria y vive a una cuadra de la unidad habitacional donde se grabó el video. “Antes era mucho peor”.

“Los estamos poniendo en una situación terrible”

Aunque los residentes se sienten más seguros, reconocen que los días de agosto en que sujetos armados rondaban por el vecindario fueron aterradores. Richard Rodríguez, de 48 años, recibió una llamada de su madre, desde Venezuela, ya que temía por su seguridad tras la difusión del video.

“Recuerda como atemorizó a la gente”, dijo Rodríguez sobre el video. “Imagínate cómo nos sentíamos nosotros al vivir aquí”.

Dustin Zvonek, concejal de la ciudad de Aurora, también recibió llamadas y mensajes de texto en los que le preguntaban si se encontraba seguro de personas que se preocuparon cuando se publicó el video.

“Amigo, vivo a 40 minutos de allí”, dijo Zvonek.

No obstante, dijo que la situación era grave y que seguía habiendo problemas. Pueden pasar meses antes de que muchos de los venezolanos que esperan una audiencia de asilo obtengan permisos de trabajo, lo cual los deja en una situación desesperada en un nuevo país donde tienen pocos vínculos.

“Los estamos poniendo en una situación terrible y eso está afectando a los negocios”, dijo Zvonek, quien agregó que un supermercado Walmart y una farmacia Walgreens en la zona cerraron recientemente debido a preocupaciones de robo.

Zvonek, quien es republicano, subrayó que Aurora sigue siendo una ciudad segura donde la delincuencia ha ido en descenso, pero advirtió que no se deben minimizar problemas concretos como los que se viven en la unidad habitacional. Señaló que la disminución generalizada de la delincuencia no ha bastado para tranquilizar a quienes viven allí ni a sus vecinos más cercanos.

“Siempre se piensa que no es para tanto”, dijo Zvonek, “hasta que le sucede a uno”.

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