Así es el Julián Magdaleno, el primer gimnasio del Canelo - Los Angeles Times
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El Gimnasio Julián Magdaleno, donde surgió Canelo hace 20 años, busca la siguiente joya

Don Chepo Reynoso
Don Chepo Reynoso sigue ayudando a la juventud en el mismo lugar en el que conoció a Saúl Álvarez hace 20 años.
(Eduard Cauich/LA Times en Español )

A sus 70 años, Don Chepo Reynoso busca nuevos talentos, a pesar de que hace dos décadas forjó a uno de los mejores campeones mexicanos en la historia; Rigoberto, hermano mayor de Canelo, también quiere fabricar sus propios monarcas del mundo

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Ubicado en un edificio que podría pasar desapercibido en la colonia Antigua Penal de Guadalajara, el Gimnasio Julián Magdaleno es estrecho y modesto. Al fondo del angosto pasillo se encuentra un ring antiguo, en un rincón un mini altar a la Virgen de Guadalupe y varias fotos de peleas de Óscar ‘Chololo’ Larios, el primer campeón del mundo de Don Chepo Reynoso hace más de dos décadas.

A sus 70 años, Don Chepo, padre del actual entrenador de Saúl Canelo Álvarez, Eddy Reynoso, 46, no se detiene. Hace dos décadas Don Chepo forjó a uno de los mejores boxeadores de la historia del pugilismo mexicano. Cuando apenas tenía 14 años, Canelo, acompañado de su hermano Rigoberto, llegó al gimnasio de Reynoso para aprender del mejor equipo de aquel momento, ya que contaba con dos campeones mundiales, Larios y Javier ‘Chatito’ Jáuregui.

Hoy en día, Don Chepo ya no está en el día a día con el campeón mexicano debido a una recomendación médica que se originó durante la pandemia debido a sus niveles altos de glucosa y presión arterial. También, Canelo y su hijo le han pedido que disfrute a sus nietos y al resto de la familia, pues los viajes largos y los campamentos pueden ser muy cansados para él. Actualmente, Don Chepo trabaja con los boxeadores por unas cuatro horas al día en la mañana, dirige los sparrings y no es entrenador de tiempo completo, sino es una especie de consejero, observador y guía.

Canelo le da crédito a Don Chepo y Reynoso por lanzar una carrera que le ha valido al peleador de 33 años múltiples campeonatos mundiales en cuatro categorías de peso.

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“Ahí fue donde me hice y me formé. Fueron mis primeras enseñanzas”, dice Canelo.

El gimnasio tiene mucha historia pues fue inaugurado en 2004 bajo el lema “fé, ilusión y decisión”, tres palabras que aún están grabadas en una pintura desgastada en la pared. El nombre del gimnasio, Julián Magdaleno, es en honor al “maestro” de Don Chepo, alguien que el mismo entrenador dice que le enseñó todo en el arte de la fistiana. Magdaleno, fallecido en 1988, fue entrenador y mánager de varios boxeadores mexicanos, y estuvo en la esquina de Alejandro ‘Cobrita’ González, en 1995, un peleador que destronó al estadounidense Kevin Kelley para ceñirse la corona pluma del Consejo Mundial de Boxeo. También forjó los inicios de Larios, un peleador extremadamente disciplinado, quien siguió trabajando con Don Chepo tras el fallecimiento de Magdaleno y fue el primer campeón del gimnasio al ganar seis peleas en Japón y hasta llegó a enfrentar a Manny Pacquiao en 2006.

Las paredes muestran señales del tiempo, pero también con orgullo sostienen cuadros con fotografías de las victorias de Canelo, así como vendajes y guantes enmarcados que Álvarez utilizó en sus contiendas ante Josesito López en 2012 y Floyd Mayweather en 2013.

Cuando Canelo llegó al gimnasio Julián Magdaleno, Saúl tenía 14 años pero no era un desconocido. Don Chepo y Eddy ya lo habían visto en otras funciones. Lo aceptaron y dijeron que había que trabajar. No le dieron trato especial, pues era uno de tantos que habían llegado al gimnasio con la esperanza de ser boxeadores profesionales. Y muchos así como llegan, así se van.

Fue el primer gimnasio de Canelo, pues su hermano mayor, Rigoberto Álvarez, le enseñó a tirar los primeros golpes en la cochera de su casa. Desde sus inicios era un pugilista que siempre iba al frente y era fuerte. Rigoberto lo llevaba a correr, enseñándole la disciplina a esa corta edad, uno de los pilares que iba a ser muy importante más adelante en su carrera. Al poco tiempo, se dio cuenta Rigoberto que su hermanito necesitaba otro tipo de entrenamiento y lo llevó con los Reynoso.

“Me cambiaron totalmente, antes solamente tiraba muchos golpes, cuando llegué al gimnasio, me ayudaron a mover la cintura, a quitarme golpes, a contragolpear”, dice Canelo. “Es importante quitarte los golpes. En el boxeo lo importante es pegar lo más que se pueda y que te peguen lo menos que se pueda. Es la realidad”.

El gimnasio Julián Magdaleno
El gimnasio Julián Magdaleno se encuentra en un barrio modesto en la la colonia Antigua Penal de Guadalajara.
(Eduard Cauich/LA Times en Español)
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Don Chepo le coménzo a enseñar al ‘Canelito’, como le decía de cariño, mucho de lo que había aprendido con Magdaleno, así como Jesús ‘Cholaín’ Rivero, exentrenador yucateco de Óscar de la Hoya, y al ver a los grandes pugilistas como José ‘Mantequilla’ Nápoles y Rubén ‘Púas’ Olivares.

Cuando Rigoberto llevó a Canelo, ‘El Español’ era boxeador profesional, ya casi retirado pues no le había ido muy bien en el boxeo de paga. Estaba desmoralizado pero poco a poco, el mayor de los hermanos Álvarez aprovechó para pegarle a los costales y entrenar en el gimnasio mientras su hermano aprendía bajo las órdenes de los Reynoso.

“Todos querían entrenar aquí”, expresa Don Chepo, al recordar aquellos días del Gimnasio Julián Magdaleno cuando tenía a dos campeones del mundo, pero uno más grande aún se estaba formando.

Don Chepo Reynoso, a sus 70 años sigue entrenando boxeadores.
Don Chepo Reynoso, a sus 70 años sigue entrenando boxeadores.
(Eduard Cauich/LA Times en Español )

Entonces, Rigoberto revivió su carrera y llegó a ser campeón nacional de México en 2008 al conquistar el título de peso supermediano.

“Este gimnasio también fue de buena suerte para él”, declara Don Chepo, un carnicero de toda su vida. “Se motivó a entrenar, mientras esperaba a su hermanito”.

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Rigoberto también está agradecido con los Reynoso pues vivió una de las noches más importantes de su vida y su familia en el boxeo. Don Chepo fue uno de los responsables de hacer la Noche de los Álvarez, el cual hoy en día es un récord Guiness ya que es la cartelera con la mayor cantidad de hermanos, siete, disputando peleas en una sola noche.

Canelo siguió aprendiendo y ganó la medalla de plata en las Olimpiadas Juveniles y luego la de oro en las estatales. Su derrota más dolorosa fue cuando perdió ante Mario Cázares la medalla de plata en las Olimpiadas Juveniles, en una final en la que Rigoberto salió furioso con las decisiones de los jueces. Canelo también lloró, pues le habían quebrado el corazón por primera vez en el deporte.

Pero también el Julián Magdaleno le enseñó a perder.

En el fondo del pasillo, en una de las paredes en el centro del ring, se encuentra un letrero grande que ha estado desde que se fundó este gimnasio hace 18 años y que dice: “Lo peor que te puede pasar es que te valga madre perder”.

Don Chepo Reynoso y su famoso letrero en el gimnasio.
Don Chepo Reynoso y su famoso letrero en el gimnasio.
(Eduard Cauich/LA Times en Español)

Desde que Don Chepo entrenaba a Canelo hasta la fecha, ese letrero es uno de sus grandes lemas en la carrera del veterano entrenador.

“Al que ya no le importa perder, la puerta está muy abierta, que se marche para que no contamine a los demás”, explica Don Chepo. “Si a ti ya no te importa perder en la vida eres un muerto que andas caminando, que no tienes ilusiones”.

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Canelo aprendió de ese mensaje y lo aplicó en su carrera. Siguió aniquilando oponentes hasta que debutó como profesional en 2005 y no volvió a perder hasta que enfrentó al entonces mejor libra por libra en 2013, Floyd Mayweather Jr.

“Si a ti ya no te importa perder en la vida eres un muerto que andas caminando, que no tienes ilusiones. Tienes que seguir luchando y si pierdes tienes que seguir luchando”

— Chepo Reynoso, entrenador del Canelo desde los 14 años

“Cuando uno pierde hay que reconocerlo y hay que tomarlo como tal, pero hay que seguir trabajando para que no vuelva a pasar”, señala Canelo, quien sufrió muchas críticas tras la derrota ante Mayweather Jr. Sin embargo, siguió trabajando y coleccionando victorias hasta convertirse en el primer boxeador latinoamericano en consagrarse como campeón indiscutible y unificado de las cuatro organizaciones principales (OMB, AMB, CMB y FIB) en la división de los supermedianos, y también es uno de los tetracampeones mundiales de la historia del boxeo mexicano.

“Al que le vale madre perder es que no tiene el orgullo, amor al boxeo, no tiene deseo de ser un ganador, no tiene deseo de triunfar”, explica Canelo sobre el letrero de Don Chepo. “A veces yo iba a entrenar y no tenía pelea, siendo el mejor libra por libra del boxeo. Yo soy el primero en llegar al gimnasio y el último en quedarme”.

Hoy en día, Don Chepo se levanta todos los días a las 7 a.m. y hace un poco de bicicleta estacionaria debido a que ya está muy lastimado de las rodillas y no puede ir al parque a trotar. Se baña, desayuna y va al gimnasio alrededor 9 a.m. hasta el mediodía. Ahí instruye a sus jóvenes boxeadores en cosas más grandes que el pugilismo y fiel a su estilo de filósofo, aplica muchas cosas del boxeo a la vida, al darles consejos. Los lunes, miércoles y viernes hay sesiones de sparrings.

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“El que entrena a medias se hace pend… entero”, le grita a sus jóvenes boxeadores Don Chepo, quien fue amateur y peleó en los Guantes de Oro de 1969, pero no fue profesional porque en el negocio de carnicero le dejaba más dinero, aunque su pasión siempre fue el pugilismo.

Lejos de olvidarse de él, Canelo siempre lo recuerda. El día de los cumpleaños de Don Chepo, el 6 de mayo, el cual usualmente coincide con el fin de semana de una pelea del Canelo, no pasa desapercibido. Este año el cumpleaños de Don Chepo cayó en el mismo día que el boxeador jalisciense enfrentó a John Ryder en Guadalajara. Canelo le cantó las mañanitas a Don Chepo momentos antes de salir a pelear.

“Ese día me llamó temprano en la mañana para felicitarme. Cuando yo cumplo años me avienta un abrazo y cuando él cumple años también yo le doy uno”, declara Don Chepo.

Canelo Álvarez s
Canelo Álvarez se sienta en su esquina entre asaltos contra Amir Khan.
(John Locher/AP)

Canelo, el peleador que más gana en el boxeo de Pago por Evento y al que muchos catalogan todavía como “el rostro del boxeo”, se subirá al ring este 30 de septiembre ante Jermell Charlo, monarca indiscutible de peso superwelter, en el T-Mobile Arena de Las Vegas, Nevada. Ahí, Álvarez defenderá su título indiscutible de peso supermediano.

El presente de Don Chepo y su gimnasio

En la actualidad, Don Chepo Reynoso tiene a varios boxeadores, aunque es muy exigente con ellos pues requiere que cumplan con las cualidades básicas de un pugilista, como disciplina, talento, valentía, tener una buena mandíbula y buena pegada, pero también hay otras que están fuera del gimnasio, como evitar las distracciones.

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“Muchas veces pregunto por un boxeador porque ya no lo veo, y luego lo veo cargando un niño. Son talentos que se desperdiciaron o simplemente no les tocaba”, comenta Reynoso.

Actualmente, el entrenador busca empujar al nuevo talento con varios pugilistas como Iván Ortiz y el sobrino del Canelo, Johan Álvarez, de 19 años, cuya última salida victoriosa fue en la función del 5 de mayo en Guadalajara. Johan, con récord de seis triunfos y un empate, es uno de los que viene ascendiendo. El muchacho tiene el apoyo de Canelo y tiene el talento, pero todo depende si sigue los pasos de su tío y si mantiene la disciplina, de acuerdo con Reynoso.

Johan Álvarez estuvo en la última
Johan Álvarez estuvo en la última función de Canelo, su tío, en Guadalajara, el pasado 6 de mayo.
(Cortesía Johan Álvarez)

“Si quiere llegar a la cima, tiene que aprender desde abajo”, advierte Don Chepo sobre Johan.

Don Chepo siente una gran responsabilidad, pues muchos jóvenes de los barrios de Guadalajara quieren emular lo que hizo Canelo. Pero Don Chepo, está consciente de que como Saúl Álvarez, sólo habrá uno.

“No va a haber otro Canelo. Así como fue un solo Julio César Chávez, un solo [Jose] ‘Mantequilla’ Nápoles. Para mí, Chávez fue grande, para mí [Erik] Morales y [Marco Antonio] Barrera fueron grandes”, indica Reynoso. “Canelo es como Fernando Valenzuela en el béisbol. Gracias a Fernando Valenzuela todos querían jugar béisbol y gracias a Fernando Valenzuela el béisbol es popular aquí en México”.

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Al final de cuentas, Reynoso sabe que solo algunos de sus alumnos podrán llegar al profesionalismo, pero no se olvida de los que nunca alcanzarán a ponerse los guantes en el pugilismo de paga.

“Ojalá sigan saliendo buenos peleadores, pero ojalá salgan mejores personas”, expresa Reynoso.

Canelo Alvarez
Canelo Álvarez hace un gesto a la multitud durante un pesaje ceremonial de boxeo, el viernes 6 de mayo de 2022, en Las Vegas.
(John Locher/AP)

Rigoberto Álvarez quiere fabricar sus propios campeones

Rigoberto, 45, es el mayor de los seis hermanos varones Álvarez y siempre ha sido el más bromista, el que tiene el carácter más suave.

‘El Español’ se mudó a Tijuana para tratar de impulsar su sueño de ser profesional pero encontró pocas peleas ahí y tuvo que hacer varios trabajos no relacionados al boxeo. Rigoberto entrenó con Julio Cardona y luego Roberto Sandoval en el Gimnasio Azteca de la Colonia Independencia de Tijuana, así como con Alejandro ‘Terra’ Garcia, campeón del mundo. También hizo sparring con Antonio Margarito.

Rigoberto se retiró en 2011 cuando perdió por decisión unánime ante Anthony Mundine en Inglaterra, ligando su segunda derrota ya que había perdido contra Austin Trout por la misma vía en la Arena Coliseo de Guadalajara ese mismo año.

Rigoberto Álvarez fundó Boxeo Álvarez
Rigoberto Álvarez fundó Boxeo Álvarez en busca de nuevos talentos en Guadalajara.
(Eduard Cauich/LA Times en Español)
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Ahora, Rigoberto es de todo un poco: formador de talento, mánager, agente, mentor y hasta comentarista de peleas locales. Tiene más de 20 peleadores profesionales y más de 40 amateurs bajo su tutela.

Rigoberto aclara que nunca pensó en ser entrenador, pero tras su retiro, un muchacho le pidió que lo ayudara. Y así fueron llegando más boxeadores.

“Cuando me di cuenta tenía a un montón de gente. Y luego dije, ‘si me voy ¿dónde se va ir toda esta gente?’”, indica Rigoberto, quien ha entrenado a estos jóvenes en la Arena Coliseo de Guadalajara por más de tres años.

La Arena Coliseo está en el centro de la ciudad, en un sitio consagrado por la lucha libre mexicana, pero en el gimnasio aledaño se pueden escuchar las manoplas y los golpes a los costales de los pupilos que maneja Rigoberto.

“Todos los días siento que estoy de vacaciones aquí”, indica Rigoberto con una gran sonrisa.

Su hermano, Canelo, ya lo ha visto en su nueva faceta y lo apoya.

“Le gusta, eso es lo importante. Es disciplinado y mientras te guste algo lo puedes lograr. Obviamente es muy difícil sacar un campeón mundial, pero taloneando, echándole ganas, con la disciplina, tiene que llegar algún día”, expresa Canelo sobre su hermano mayor. “Cuando haces las cosas bien, no pueden salir mal”.

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Rigoberto Álvarez (segundo de izquierda a derecha en la fina de atrás) junto a sus entrenadores y pupilos en Boxeo Álvarez.
Rigoberto Álvarez (segundo de izquierda a derecha en la fina de atrás) junto a sus entrenadores y pupilos en Boxeo Álvarez.
(Eduard Cauich/LA Times en Español)

Rigoberto también supervisa gimnasios en Tlaquepaque y Juanacatlán, ciudad natal de los Álvarez. Su meta es tener muchos campeones del mundo y ha fundado su promotora Boxeo Álvarez, en el que trabaja todos los días sin depender de los Reynoso o de su propio hermano, Saúl.

“No me gusta depender de nadie. Me sigue mucha gente, yo sé que se me va a dar la oportunidad de tener un campeón”, acepta Rigoberto, quien reconoce que muchas veces necesita ayuda en muchas cosas y le podría pedir ayuda a Canelo, pero prefiere hacerlo por él mismo.

“Quiero que me cueste’, asegura Rigoberto.

“No me gusta depender de nadie. Me sigue mucha gente, yo sé que se me va a dar la oportunidad de tener un campeón”

— Rigoberto Álvarez, hermano de Canelo y entrenador de boxeadores

Hoy en día admite a cualquier muchacho a su gimnasio pues sabe que el talento se esconde en los púgiles que menos piensas, y que las habilidades boxísticas vienen por “genética, tradición y educación”, según el apodado ‘Español’.

Muchas veces, los peleadores de Rigoberto se enfrentan a los de Don Chepo y ya se ha formado una rivalidad netamente deportiva, como cuando su peleador Erik López empató contra Jorge Orozco, aunque Rigoberto asegura que esa pelea “se la robaron”. Luego tuvo un duelo de su pupilo Erick Badillo que venció a Jorge Villalobos en 10 asaltos por decisión.

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“Yo quiero ganarle a los mejores”, afirma Rigoberto. “A mi me inspira ganarle a peleadores que tienen nivel, como ellos, como los de Don Chepo Reynoso”, expresa.

Rigoberto Álvarez sigue de cerca
Rigoberto Álvarez sigue de cerca a sus pupilos en la Arena Coliseo de Guadalajara.
(Eduard Cauich/LA Times en Español)

Pero no se equivoquen, argumenta Rigoberto. Los peleadores de su gimnasio son los favoritos, aunque todo mundo sepa que los entrena el hermano del Canelo.

“Muchas veces nos han robado los jueces”, expresa Rigoberto, quien tiene una larga lista de quejas sobre los jueces en México.

Al igual que Don Chepo, la intención de Rigoberto es crear campeones mundiales, pero principalmente “buenas personas”.

“Un muchacho se hace de las 10 personas mas cercanas a su núcleo. Hay que influir bien en ellos. Hay que enseñarles que tengan respeto por las mujeres, por su entorno. Como mentor, hay que educar buenos muchachos. Si no son campeones del mundo, por lo menos que se lleven algo bueno”, opina Rigoberto. “Que sean muy educados, que si pueden que estudien en algo que les gusta. Que respeten a sus padres”.

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Ya sea en el gimnasio Julián Magdaleno o en la Arena Coliseo, los jóvenes boxeadores de Guadalajara, cuna de grandes campeones, están en buenas manos.

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