El LAUSD propuso a los estudiantes un costoso experimento para obtener mejores calificaciones. La mayoría lo rechazó
El Distrito Unificado de Los Ángeles trabajó para que los “días de aceleración” opcionales funcionaran para los estudiantes y ayudarlos a mejorar sus calificaciones. Pero la mayoría de los estudiantes optaron por unas vacaciones de primavera completas.
A pesar de reprobar todas las clases -o a causa de ello-, Rebbeca Avelino, una estudiante de octavo curso de 14 años, quería tomarse un tiempo libre de la escuela durante las vacaciones de primavera. Pero la profesora de historia Lorraine Escalante la presionó para que asistiera a dos “días de aceleración” en el Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles.
“Ella sabía que me estaba yendo mal”, dice Rebbeca. “Y quería animarme y me dijo: ‘Tú puedes hacerlo. No dejes que nadie te detenga. Tú puedes hacerlo. Puedes alcanzar esas metas si lo intentas, y deberías ir’”.
Así Rebbeca pasó a formar parte de un experimento caro, masivo y controvertido en el segundo sistema escolar más grande del país: una iniciativa clave, posible gracias al dinero del COVID, para cubrir las lagunas en el aprendizaje agravadas por la pandemia. El dinero debe gastarse antes de septiembre de 2024.
La escasa participación limitó finalmente el impacto de los cuatro “días de aceleración” -dos durante las vacaciones de invierno y dos durante las de primavera-, ya que las familias optaron por las vacaciones en lugar de las clases. El proyecto, de costo relativamente elevado, se había concebido como una forma de llegar a todos los estudiantes, especialmente al 58% que está por debajo de su nivel en Lengua y Literatura en Inglés y al 72% que está por debajo de su nivel en Matemáticas. Las vacaciones de primavera de la semana pasada atrajeron a menos del 8%, es decir, 33.076 de los 422.276 alumnos del distrito, durante uno o dos días. Durante las vacaciones de invierno, 36.486 estudiantes asistieron uno o ambos días.
La escasa planificación y la inexperiencia de un formato definido también fueron impedimentos, aunque los administradores intentaron aprender de la experiencia de diciembre. Por ejemplo, en primavera se centraron más en atraer a los estudiantes que más lo necesitaban.
Algunos estudiantes que asistieron recibieron ayuda individualizada; otros no. Muchos hablaron de actividades divertidas, de practicar habilidades básicas, de prepararse para exámenes de nivel avanzado o de subir sus calificaciones. Algunos profesores y alumnos describieron un entorno de aprendizaje único, tranquilizador y gratificante para los que participaron.
El costo de los días es difícil de discernir porque el distrito se ha negado a facilitar información detallada que el Times solicitó por primera vez hace tres meses.
En una presentación en enero en una reunión del consejo escolar -un mes después de los primeros días de aceleración- los funcionarios dijeron que esos dos días tenían un de costo 36 millones de dólares. Después de la reacción pública sobre los costos, el superintendente de escuelas de Los Ángeles, Alberto Carvalho, anunció que el costo real era de 11.6 millones de dólares. El distrito, sin embargo, se ha negado a proporcionar documentación de apoyo para respaldar las cifras modificadas.
Los costos en los 354 campus participantes incluyen personal docente y de apoyo, servicios de alimentación y transporte de estudiantes.
Desde el principio, los días de aceleración académica fueron un compromiso, el elemento superviviente de un intento fallido de alargar el curso escolar, que no contó con el apoyo generalizado de los padres y al que se opuso el sindicato de profesores. En un principio, los días opcionales se programaron para los miércoles como incentivo para que los trabajadores -que cobrarían una paga extra- y los alumnos continuaran con su rutina entre semana. El curso escolar habría terminado cuatro días más tarde. Las autoridades esperaban una participación casi completa.
Pero el sindicato de profesores presentó una queja ante la junta laboral, alegando que los cuatro días opcionales debían ser objeto de negociación. El distrito dio marcha atrás y trasladó los días a las vacaciones de invierno y primavera.
Esta medida permitirá que los beneficiarios de la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por sus siglas en inglés), aprobada por el entonces presidente Barack Obama en 2012, tengan acceso a los seguros médicos financiados por el gobierno.
Los resultados del aprendizaje ampliado “pueden depender de si el tiempo extra de aprendizaje es obligatorio o voluntario para los alumnos”, afirma Dan Goldhaber, director del Centro de Análisis de Datos Longitudinales en Investigación Educativa de los Institutos Americanos de Investigación. “La forma más común de tiempo extra es la escuela de verano, y la investigación sobre la escuela de verano muestra claramente que un gran problema es la baja asistencia”.
Muchas de las tutorías más eficaces se imparten durante la jornada escolar normal, en coordinación con el profesor del niño, ha dicho la profesora Susanna Loeb, de la Facultad de Educación de Stanford, una autoridad en tutorías.
Carvalho ha dicho que este tipo de tutoría también está aumentando.
En todo el país, las oportunidades de aprendizaje ampliado de cualquier tipo parecen estar limitadas, en relación con la necesidad que existe.
“Estamos viendo que no muchos niños han estado recibiendo el tipo de ayuda en el día escolar regular que les ayudaría a ponerse al día”, dijo Robin Lake, director y profesor de práctica en el Centro de Reinvención de la Educación Pública en la Universidad Estatal de Arizona. “Así que la conclusión lógica es que los distritos tienen que recurrir al tiempo de aprendizaje extraescolar. Pero eso es complicado por las razones que se están viendo en Los Ángeles: contratos sindicales; resistencia de los profesores a trabajar más horas; resistencia de los alumnos a permanecer más horas, etc. Y no es garantía de que los niños aprendan más”.
Para los estudiantes de cualquier lugar, el manual estándar para la recuperación académica incluye tutoría enfocada, tiempo de instrucción extendido y apoyo mental y emocional. El programa de la semana pasada en la Griffith STEAM Magnet Middle School de East L.A. trató de incidir en todos esos puntos y más.
Un elemento importante para el éxito del apoyo académico es el tamaño reducido de los grupos.
California lleva mucho tiempo presumiendo de sus bajos índices de expulsión. Pero la vaguedad de la información puede estar permitiendo a las escuelas enmascarar las expulsiones como traslados.
Había 11 estudiantes en la clase de Escalante el segundo día de aceleración, en comparación con los más de 150 de su horario habitual, repartidos en seis periodos. En todo el distrito, el tamaño ultrapequeño de las clases no fue totalmente por diseño. Más del 40% de los matriculados no se presentaron, según L.A. Unified, algo similar a lo que ocurrió en diciembre.
En Griffith, 385 estudiantes se matricularon y 244 asistieron el primer día. Otros 32 llegaron sin haberse inscrito - para un total de 276. El total del segundo día fue de 216, incluidos cinco recién llegados que no se habían inscrito.
Los 11 alumnos del aula 801 de Escalante eran estudiantes a los que ella da clase. Con algunos lleva dos años. Esta familiaridad es otra característica del éxito del aprendizaje ampliado. Además, todos los alumnos de la clase de Escalante trabajaban en línea en tareas individualizadas que les proporcionaban sus distintos profesores y que podían completar para subir sus calificaciones.
Esta educación individualizada no se dio en todas las escuelas. En esta ocasión, al igual que en la anterior, los profesores informaron de incorporaciones de última hora de alumnos desconocidos, así como de la escasez de datos académicos actualizados. Muchos profesores impartían clases generales adecuadas al grado, pero no diseñadas para atender las necesidades de un alumno concreto.
Triton Center está destinado a convertirse en el núcleo vital de la universidad, y Ridge Walk North se convertirá en una de las mayores aldeas residenciales de la escuela.
“En mi escuela primaria se presentaron 64 de 194 alumnos”, dijo un profesor de una escuela primaria de Reseda. “Tuvimos alrededor de 30 a 35 adultos en el campus para los estudiantes”. Y aunque la proporción de adultos por alumno era notablemente baja -y los estudiantes participaron en actividades que disfrutaron-, “hoy no ayudó a la pérdida de aprendizaje”, dijo el profesor. “El mayor despilfarro de fondos de la historia”.
Algunas familias informaron de cosas aún peores: poco aprendizaje y poco agradable. Pero muchos padres y profesores opinaron lo contrario.
En la clase de Escalante, Dylan Camacho, alumno de séptimo curso de 13 años, subió sus calificaciones de historia pasando de reprobado a sobresaliente mientras trabajaba en línea. Lo hizo recopilando información sobre mayas y aztecas. Necesitaba recuperarse de un desastroso proyecto de equipo, en el que no todos habían trabajado, pero todos habían recibido la misma calificación.
Los estudiantes no trabajaban necesariamente en un área de especialización de Escalante. Pero ella podía dirigirlos, si lo necesitaban, a tutores en línea disponibles para chatear en directo con una pizarra en línea para escribir lo que necesitaban.
Este tipo de tutoría puede funcionar bien, dicen los expertos.
Para muchos estudiantes de secundaria y bachillerato, los días de las aceleraciones eran transaccionales: Hacer un trabajo, para subir la calificación. Los expertos han cuestionado la profundidad del aprendizaje en tales situaciones.
Tras los días de aceleración de diciembre, las autoridades informaron de que 7.812 alumnos habían mejorado sus calificaciones después del cierre del semestre de otoño. Unas 220 calificaciones subieron tres o más niveles: de reprobados a sobresaliente o de suspendido a sobresaliente o notable con uno o dos días de asistencia y trabajo. Sin embargo, no está clara la diferencia de los días de aceleración en comparación con años anteriores, cuando había sesiones especiales a menor escala y más específicas durante los descansos, recuperación de créditos en línea y créditos por tareas aceptadas de última hora después del final del trimestre. El distrito no realizó ese nivel de análisis.
“Me preocupa que la relajación pandémica en las normas de calificación -que bien podría haber sido apropiada- haya continuado y sea ahora un problema”, dijo Goldhaber. “En particular, me preocupa que los padres no sepan si sus hijos van retrasados y necesitan intervenciones, como tiempo extra de aprendizaje, porque ven que sus hijos sacan buenas notas, aunque esas notas no sean del todo representativas del estado del aprendizaje/conocimiento”.
Como descanso del trabajo de oficina, aproximadamente uno de cada cinco alumnos de Griffith pasó una parte del segundo día de aceleración de abril trabajando en el jardín de la escuela, una actividad dirigida por Christine Mariano, la trabajadora social psiquiátrica de la escuela. Atender al bienestar socioemocional puede ser otro aspecto para el éxito de la recuperación académica, según los expertos.
Los alumnos parecían saber qué hacer sin que nadie se lo dijera: arrancar las hierbas malas en unas 30 macetas; introducir suavemente semillas de girasol en la tierra húmeda; regar los macetas rebosantes de acelgas, lechugas, cilantro, tomates y fresas.
Yarely Pérez, de 12 años y alumna de sexto curso, dice que arrancar las hierbas es duro, pero “muy bueno para la salud mental. Sólo mirar el jardín te hace sentir en paz”.
Otra alumna de sexto curso, Briseida Aguilar, de 12 años, dijo que si no fuera por la escuela estaría en casa, aburrida. Y que sus calificaciones habían pasado de suspensiones a casi todas sobresalientes.
Varios estudiantes hablaron de ser más capaz de concentrarse en este día de escuela tranquila que en el bullicio de tener siete períodos de 43 minutos y tener que mantenerse al día con las tareas en todas las clases.
“Es mucho más fácil”, dijo Rebbeca, que dijo que esperaba subir sus Fs a Bs y Cs.
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