¿Cuánto más va a empeorar la crisis del coronavirus en el condado de Los Ángeles?
¿Qué tan mal estarán las próximas semanas?
El número de muertes por COVID-19 en California y el condado de Los Ángeles – uno de los epicentros de la pandemia - está estableciendo récords casi a diario. Hay una clara evidencia de que el alza de casos después de las fiestas de Navidad está empeorando, ya que los números siguen aumentando, particularmente en el condado de Los Ángeles.
Pero la gran pregunta es si esta nueva ola de casos dará lugar a un incremento similar de las hospitalizaciones como el que se produjo durante el aumento posterior a las fiestas de Navidad, que ha llevado a los hospitales al punto de ruptura, generando una aterradora escasez de personal y de ciertos suministros y ha afectado la calidad de la atención médica que se presta a los pacientes gravemente enfermos.
Alrededor del Día de Acción de Gracias, unos 300 nuevos pacientes de COVID-19 al día fueron admitidos en los hospitales del condado de Los Ángeles; ese número aumentó precipitadamente durante aproximadamente un mes, estabilizándose finalmente en unas 750 a 800 nuevas hospitalizaciones diarias alrededor de la víspera de Navidad. Otra duplicación o triplicación de nuevas hospitalizaciones por día sería catastrófica.
Por muy grave que se haya vuelto la crisis, la mayoría de los hospitales aún no han entrado en un período sostenido y generalizado de atención racionada. Pero eso probablemente ocurriría si el aumento de la Navidad es dramáticamente peor.
Los equipos de oficiales de cuidados intensivos, normalmente dirigidos por médicos de cuidados críticos y de emergencia, tendrían que estar totalmente activados. Ante la escasez de personal y suministros, se verían obligados a tomar las decisiones más desgarradoras: determinar quién recibe los cuidados más agresivos para salvar sus vidas y a quién se le dan menos posibilidades de supervivencia y se le proporciona un tratamiento paliativo mientras mueren. La forma en que se comporten las hospitalizaciones esta semana dará a los médicos una idea de lo que pueden esperar.
“Todos estamos esperando con cierta ansiedad ver cómo se desarrollan los datos de admisión hospitalaria en los próximos días”, dijo el Dr. Roger Lewis, director del modelo de demanda hospitalaria COVID-19 del Departamento de Servicios de Salud del Condado de Los Ángeles.
“El sistema hospitalario está literalmente en el punto de ruptura, donde un aumento sustancial de la demanda podría resultar en situaciones en las que no podemos proporcionar a las personas la atención que todos esperaríamos poder ofrecer o recibir cuando estamos gravemente enfermos”, añadió.
Los pacientes que sufren de COVID-19 y que ahora entran en los hospitales se infectaron en su mayoría en el período posterior al Día de Acción de Gracias, antes de Navidad. El aplanamiento de las nuevas hospitalizaciones probablemente fue resultado de la imposición de órdenes de permanecer en casa emitidas por el condado y el estado.
Pero el efecto de las reuniones navideñas no tardará en empezar a aparecer en los hospitales. Pronto, un cierto porcentaje de las personas que se infectaron durante la Navidad y que han dado positivo, comenzarán a enfermarse tanto que necesitarán atención hospitalaria. Si el número de nuevas admisiones diarias en el hospital para los pacientes de COVID-19 empeora, es una señal importante de los problemas.
Ahora bien, es posible que el aumento de las hospitalizaciones pueda ser moderado si, por ejemplo, son sobre todo las personas más jóvenes y quizá más sanas las que se infectaron durante las fiestas, y se ponen en cuarentena o se aíslan para evitar infectar a familiares y amigos mayores que corren un mayor riesgo de morir.
Pero también es plausible que los más vulnerables y de edad avanzada asistieran a las reuniones de Navidad y Año Nuevo o fueran infectadas más tarde por personas más jóvenes que no se mantuvieron alejadas de ellas, algo que ocurrió durante las vacaciones de Acción de Gracias.
“El temor, o la intuición, de la mayoría de las personas que hacen modelos predictivos es que va a empeorar. La incertidumbre está en qué tan peor. Y para poder cuantificarlo se requieren los datos que estarán disponibles hasta la próxima semana”, dijo Lewis.
La oleada de nuevos casos de coronavirus después de Navidad ha ido creciendo día a día. El promedio de casos de coronavirus en el condado de L.A. el jueves, viernes y sábado fue de 18.000, significativamente por encima del promedio de 14.000 nuevos casos diarios de la semana pasada.
“Esto es claramente el último aumento de las vacaciones de invierno y Año Nuevo - no hay duda de ello”, dijo el jefe del Departamento de Salud Pública del Condado de L.A., el Dr. Paul Simon. “Comenzó gradualmente a principios de semana, pero definitivamente en el último día o dos ha incrementado considerablemente el ritmo de propagación”.
Cerca de 1 de cada 5 pruebas de coronavirus realizadas diariamente en el condado de Los Ángeles están dando positivo, un gran aumento desde principios de noviembre cuando cerca de 1 de cada 25 pruebas confirmaron una infección. Y cuando la transmisión en la comunidad es tan prolífica, los funcionarios advierten que las actividades que parecían comunes hace meses conllevan ahora un mayor riesgo de infección.
Simon dijo que es probable que el aumento de casos diarios de coronavirus continúe durante la próxima semana o dos, lo que se traducirá en cantidades de hospitalizaciones aún peores y más muertes. El número de decesos diarios por COVID-19 ya está batiendo récords; a principios de diciembre, unas 30 personas al día en el condado de Los Ángeles estaban muriendo de COVID-19 en promedio durante un período de siete días; ahora, están falleciendo unos 200 individuos por día.
El número de personas que mueren diariamente a causa de COVID-19 supera ahora el promedio de decesos en el condado de Los Ángeles por todas las demás causas, incluidas las enfermedades cardíacas, el cáncer, los accidentes cerebrovasculares, la diabetes, los accidentes automovilísticos, los suicidios y los homicidios, lo que supone unas 170 defunciones al día.
Algunos epidemiólogos veteranos sospechan que se materializarán niveles más altos de hospitalizaciones y muertes y que los hospitales se verán obligados a adoptar “normas de atención en caso de crisis”, en las que los médicos de emergencia tal vez tengan que elegir quién recibe el tratamiento que pueda salvarle la vida.
“Anticipo que con el aumento del número de casos que estamos viendo - que se traducirá en un inevitable alza en la cantidad de hospitalizaciones y pacientes de la UCI - que los hospitales se verán obligados a operar bajo protocolos de crisis que pueden incluir el racionamiento de la atención”, expuso el epidemiólogo médico de la UCLA y experto en enfermedades infecciosas, el Dr. Robert Kim-Farley.
Kim-Farley dijo que sospechaba que pronto se produciría un nuevo incremento de las hospitalizaciones que seguiría aumentando hasta finales de enero. Una fracción de esas personas no sobrevivirá a su enfermedad, y un pico en las muertes diarias de COVID-19 probablemente ocurrirá a mediados de febrero, consideró Kim-Farley, debido al retraso entre la hospitalización inicial y el deceso.
Fue acertado que los funcionarios estatales estén listos para distribuir docenas de grandes remolques refrigerados que puedan actuar como morgues temporales para los cuerpos que se están enviando a los condados, dijo Kim-Farley. Las funerarias de todo el estado ya están abrumadas por el aumento de cadáveres y algunas se han visto obligadas a rechazar a las familias.
“Desafortunadamente, la capacidad de aumento que se está haciendo para las morgues será necesaria”, manifestó Kim-Farley.
El sábado, se reportaron 218 muertes por COVID-19 en el condado de Los Ángeles. Eso ocurrió el día después de que el condado estableciera un récord de 318 en un solo día.
Los funcionarios del condado de Los Ángeles confirmaron el sábado tres casos adicionales de la enfermedad inflamatoria relacionada con el coronavirus en niños conocida como MIS-C. Un total de 54 menores en el condado de L.A. han contraído la grave enfermedad, y uno ha muerto. La enfermedad puede causar fiebre e inflamar el corazón, los pulmones, los riñones, el cerebro, la piel, los ojos y los órganos gastrointestinales. La enfermedad afecta desproporcionadamente a los niños latinos, que representan alrededor de 3 de los 4 casos reportados.
En el condado de Los Ángeles, en los últimos días, las camas disponibles en la UCI se redujeron a cero o una en cada una de las siguientes regiones: centro de Los Ángeles, oeste, sureste del condado de Los Ángeles, Valle de San Gabriel y Valle del Antílope. En la región de South Bay y Long Beach había tan solo tres camas disponibles en la UCI en los últimos días, y en el Valle de San Fernando nada más seis.
En el condado de Santa Clara, que tiene unos 2 millones de residentes, entre 20 y 25 camas estaban disponibles en la UCI el viernes; en el condado de Fresno, con cerca de 1 millón de residentes, solo 10 camas se encontraban disponibles.
El Dr. Rais Vohra, oficial de salud interino del condado de Fresno, dijo que los hospitales se están preparando para “una situación muy difícil en enero y posiblemente febrero”, incluyendo la lucha por encontrar suministros relacionados con la provisión de tratamientos de oxígeno y de formas de realizar infusiones de anticuerpos para evitar que los pacientes necesiten ser hospitalizados.
Ha empezado a llegar algo de ayuda: Personal del Departamento de Defensa de EE.UU, así como enfermeras de la UCI reclutadas por el estado, se han desplegado alrededor de los hospitales de la región, dijo Dan Lynch, director de la agencia de Servicios Médicos de Emergencia del Condado de Fresno. Y un hospital en el condado de San Mateo se ha ofrecido a acoger a pacientes críticamente enfermos del condado de Fresno.
Pero no será fácil hacer esas transferencias en la práctica. “Es un movimiento arriesgado cuando los trasladan a larga distancia”, expuso Lynch.
Aunque el actual aumento de la pandemia en California es grave, el estado tiene una de las cifras acumulativas más bajas de muertes por COVID-19 per cápita, ocupando el puesto 38 entre los 50 estados, probablemente como resultado de la imposición temprana del orden de permanencia en el hogar en los cierres de primavera y verano de ciertos negocios de alto riesgo. La tasa de mortalidad acumulada por COVID-19 en Nueva Jersey es el triple de la de California; la de Arizona es el doble.
El escritor del Times Ryan Murphy contribuyó a este informe.
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