En California, la diversión veraniega choca con el peligro del coronavirus, en medio de más casos y hospitalizaciones
SAN FRANCISCO — La tradición de la diversión veraniega en California (con barbacoas, fiestas en el jardín, excursiones grupales a playas y montañas) choca este año con los desesperados esfuerzos del estado para prevenir nuevas oleadas de casos de coronavirus, a medida que los negocios reabren y la gente comienza a liberarse de meses de aislamiento en el hogar.
Los casos confirmados de coronavirus siguen aumentando, ya que California permitió el reinicio de actividades de muchas empresas. Pero el lunes, el gobernador Gavin Newsom afirmó que las hospitalizaciones por COVID-19 también están comenzando a crecer nuevamente en todo el estado, un cambio preocupante que plantea nuevas preguntas sobre si la reapertura debería ser más lenta.
“A los que sugieren que estamos fuera de peligro, a los que insinúan que de alguna manera esto va a desaparecer, [les digo que] estos números cuentan una historia muy, muy diferente y aleccionadora”, enfatizó Newsom.
El número de personas hospitalizadas con infecciones confirmadas por coronavirus en California se incrementó un 16% en las últimas dos semanas, llegando a 3.702 hasta el domingo. De ellas, 1.199 estaban en una unidad de cuidados intensivos (UCI), un salto del 11% durante el mismo período.
En algunos condados, los funcionarios vincularon el aumento de las hospitalizaciones con el resurgimiento de las reuniones sociales, así como la falta de voluntad de algunas personas para usar máscaras en público. Simplemente respirar puede impulsar gotas potencialmente infecciosas de la boca de alguien a una distancia de 4.5 pies; un estornudo puede trasladar esas gotas hasta 26 pies, precisó Newsom.
En Sacramento, los funcionarios de salud advirtieron que hubo brotes multigeneracionales después de reuniones, ya que algunos residentes supusieron que estaba bien volver a socializar ahora que las empresas habían reabierto. En el condado de San Diego se registraron varios brotes nuevos durante la última semana, incluidos algunos después de reuniones.
Las autoridades sanitarias intentan lidiar con mantener a raya el coronavirus, al mismo tiempo que abordan las necesidades acumuladas de muchos residentes, que necesitan socializar durante los meses de verano.
En el área de la Bahía de San Francisco, los funcionarios publicaron nuevas reglas que permiten reuniones pequeñas y limitadas, reconociendo que la gente ya lo está haciendo y que necesitan pautas para mantenerlas lo más seguras posible.
“Nosotros... sabemos que las personas ya se están reuniendo fuera de sus hogares, de maneras más riesgosas. Este modelo proporciona vallas de contención para que esas pequeñas reuniones puedan ocurrir de forma segura, especialmente a medida que avanzamos en la temporada estival”, afirmó el Dr. Matt Willis, oficial de salud del condado de Marín.
Según las normas dadas a conocer por San Francisco, las reuniones sociales que se reanudan deben realizarse al aire libre, excepto para el uso de baños, y no prolongarse más de dos horas. Las personas deben usar mascarilla en todo momento, excepto cuando comen y beben, a menos que tengan una exención por escrito de un proveedor de atención médica o sean menores de 12 años.
“Es menos probable que [el virus] se transmita al aire libre”, consideró el Dr. Grant Colfax, director de salud pública de San Francisco. “Mi mascarilla te protege a ti y tu mascarilla me protege a mí”.
El segundo condado más poblado del Área de la Bahía, Alameda, ofrece un marco en el cual la gente de más de un grupo familiar puede reunirse en una “burbuja social”. El nombre define a un grupo estable de no más de 12 personas, que pueden socializar juntas al aire libre. Los miembros deben ser parte de una sola burbuja a la vez, y tienen que usar mascarillas tanto como sea posible y cumplir con los requisitos de distanciamiento social para mantenerse a seis pies de distancia de los demás.
El condado de Contra Costa también describió las pautas de la burbuja social, advirtiendo que reunirse en el interior es mucho más riesgoso. “Si se reúne con gente en un sitio interior, siempre debe ponerse una máscara. Asegúrese de estar en una habitación con las ventanas abiertas o buena ventilación. Intente no tocar las superficies internas… Evite usar los baños de otras personas, si es posible”, precisó el condado.
Dicho esto, las autoridades allí señalaron que ver a los seres queridos y amigos “puede ser importante para la salud mental”.
Pero otros condados más afectados por la pandemia son inflexibles, y enfatizan que es demasiado pronto para socializar. “Realmente lo siento, sé lo desesperada que está la gente por poder volver a disfrutar de los eventos... pero este no es un momento para fiestas o reuniones en su casa”, declaró la directora de salud pública del condado de Los Ángeles, Bárbara Ferrer, a principios de este mes. El condado de Los Ángeles ha registrado 31 muertes por cada 100.000 residentes; San Francisco 5.5 decesos por cada 100.000 habitantes.
El condado de San Diego, que contabilizó 10 defunciones por cada 100.000 residentes, tampoco permitió volver a las reuniones sociales. La preocupación por tales encuentros se está volviendo cada vez más importante a medida que un mayor porcentaje de pruebas para detectar coronavirus resultan positivos.
Hace apenas 10 días en el condado de Los Ángeles, únicamente el 5.8% de las pruebas habían dado positivo durante la semana anterior. Pero este lunes, el dato aumentó al 8.4%, explicó Ferrer. Además, el número de casos nuevos continúa incrementando. El condado de Los Ángeles reportó más de 2.600 nuevos episodios el lunes; es sólo el tercer día registrado que el condado informa más de 2.000 casos nuevos en un solo día, agregó la funcionaria. “Y aunque algo de esto puede deberse a retrasos en la presentación de informes, los números indican un alza en la transmisión comunitaria”, consideró Ferrer, y agregó que el 40% de los casos del condado de Los Ángeles se producen entre los adultos más jóvenes, de 18 a 40 años de edad. “Entonces, aunque muchos de nosotros estamos hartos de este virus, desafortunadamente el virus no está harto de nosotros”, concluyó.
Aunque a principios de abril sólo alrededor del 30% de los residentes del condado de Los Ángeles habían tenido contacto cercano con alguien que no pertenecía a su grupo familiar en un período de siete días, ahora más del 50% lo han hecho hasta principios de junio, según una encuesta realizada por el Centro USC Dornsife de Investigación Económica y Social, que fue analizada por el condado de Los Ángeles.
En todo el estado, la tasa de resultados positivos para las infecciones por coronavirus también se incrementó a medida que más californianos intentaron volver a una mayor normalidad. La semana pasada, el porcentaje de pruebas que dieron positivo en las dos semanas anteriores fue de 4.5%; hasta este domingo era del 4.8%, detalló Newsom.
El gobernador demócrata comenzó a flexibilizar su orden de quedarse en casa hace aproximadamente seis semanas, y ahora permitió que 54 de los 58 condados del estado abran sus negocios de nuevo.
El estado ha monitoreado de cerca las hospitalizaciones y las tasas de positividad como métricas clave para determinar la propagación del coronavirus en California. Newsom afirmó en repetidas ocasiones que el estado podría tener que restablecer algunas de las restricciones más severas de aislamiento si esas métricas aumentan, pero hasta ahora se negó a proporcionar detalles sobre qué alza serviría como impulso para hacerlo.
El gobernador confía en que el estado podrá responder al virus en las próximas semanas y meses. “Todo el tiempo hemos entrado en esto con los ojos bien abiertos. Siempre nos hemos preparado para un aumento repentino”, comentó Newsom. “Estamos en ese punto que anticipamos al reabrir, la probabilidad de que el número incrementara, y así ha sido”.
Cuando se le preguntó cuán preocupado estaba por los datos, Newsom señaló algunos de los efectos económicos del cierre, incluidos los 5.7 millones de californianos que pidieron beneficios de desempleo, y dijo que la pobreza y el hambre también tienen “profundos impactos en la salud”.
“Hay que tener en cuenta eso”, sostuvo Newsom. “Ese es el motivo por el cual hemos trabajado duro para reiniciar [las actividades de] la economía, de manera segura. Es por eso que les hemos dado las herramientas a los locales, para que tomen las decisiones por sí mismos”.
La semana pasada, Newsom exigió a los californianos el uso de mascarillas en la mayoría de los entornos públicos. El lunes, repitió el llamamiento para que las personas se conduzcan de manera segura cuando están en público.
Algunas partes de California están sufriendo más que otras con el COVID-19. Riverside y San Bernardino han aparecido o reaparecido recientemente en la lista estatal de condados que necesitan un monitoreo específico por parte de los funcionarios estatales. En ambos, los aumentos de reuniones fueron un factor clave en la transmisión elevada de enfermedades, al igual que los brotes en las cárceles estatales, los hogares de ancianos y en pacientes trasladados desde el condado Imperial, donde se da un brote particularmente grave.
Las reuniones fueron igualmente un factor importante en el incremento de las hospitalizaciones en los condados de Santa Bárbara, San Joaquín y Stanislaus. Las autoridades también culparon de las alzas a “la disminución de la atención a las medidas de protección personal, tales como cubrirse la cara y el distanciamiento social” en el condado de Stanislaus, cuya ciudad más grande es Modesto.
Algunos de los nuevos brotes durante la última semana en el condado de San Diego surgieron de reuniones. De los ocho brotes reportados en los últimos siete días, el mayor tuvo cuatro o cinco casos, comentó la semana pasada la Dra. Wilma Wooten, oficial de salud pública del condado, quien también remarcó que no se habían asociado muertes con ninguno de los brotes.
Dos confirmados el miércoles y anunciados el jueves de la pasada semana ocurrieron en un campamento y en un “club social”, según funcionarios del condado. El supervisor del condado de San Diego, Nathan Fletcher, enfatizó que el club social no debería haber estado abierto. Las autoridades siguen pidiendo a los residentes que cumplan voluntariamente con las órdenes de salud pública. Si encuentran violaciones flagrantes a estas en las empresas, las agencias policiales podrían cerrarlas o multarlas.
Hasta el lunes por la noche, había 5.564 muertes atribuidas al coronavirus en California, y 184.715 casos confirmados, según la encuesta de Los Angeles Times de las agencias locales de salud en el estado.
A nivel nacional, hay más de 120.000 decesos y arriba de 2.3 millones de casos, según la Universidad Johns Hopkins.
Lin informó desde San Francisco, Luna desde Sacramento. Los redactores de planta de The Times Colleen Shalby y Ryan Murphy contribuyeron con este informe, al igual que Paul Sisson y Morgan Cook, del San Diego Union-Tribune.
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