Por golpiza a indigente piden despido de policía, en su récord está la muerte del guatemalteco Jamínez
Los Ángeles — El video de 50 segundos en el que se ve a un agente del Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD) propinando una golpiza a un desamparado se hizo viral, un hecho por el que líderes comunitarios están pidiendo que caiga todo el peso de la ley por considerar que se trata de un abuso de autoridad.
“Nadie está sobre la ley”, escribió la activista Patty Chávez en sus redes sociales.
Chávez, junto a miembros de la comunidad, protestaron ayer frente a la estación de policía en Boyle Heights, vecindario en donde el oficial, identificado como Frank Hernández, mientras arresta a un indigente, el pasado 27 de abril, de un momento para otro arremete a golpes contra el individuo.
“El oficial Frank Hernández debe enfrentar la justicia porque nadie está por encima de la ley”, agregó la activista.
“Fuera Frank Hernández”, prosiguió Chávez.
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De acuerdo a una investigación de Los Ángeles Times, Hernández lleva en la corporación policial más de 20 años. En toda su carrera, se tienen tres antecedentes en donde se ha visto involucrado en tiroteos.
El caso más polémico fue la muerte del indígena de origen guatemalteco Manuel Jamínez Xum, ocurrida en septiembre de 2010 en la intersección de la calle 6th y la avenida Union, en el vecindario Westlake.
Jamínez, de 37 a años, presuntamente estaba borracho y amenazaba a los transeúntes con un cuchillo. Las autoridades señalaron que repetidamente le dijeron, en inglés y español, que soltara el arma, pero el inmigrante, quien hablaba Quiché, levantó el cuchillo sobre su cabeza y se dirigió hacia un oficial.
Un policía abrió fuego y el guatemalteco murió en el lugar. Ese agente que disparó fue Hernández.
“Es inaceptable que alguien que cometió este crimen hacia Jamínez siga siendo parte del Departamento de Policía”, cuestionó Odilia Romero, coordinadora general del Frente Indígena de Organizaciones Binacionales (FIOB), en entrevista con Los Angeles Times en Español.
Debido a los antecedentes, sostiene Romero, el oficial involucrado en la golpiza al desamparado volverá a actuar de la misma manera.
“Parece que [Hernández] tiene una tendencia a la violencia”, subrayó.
En el 2008, este mismo policía estuvo involucrado en otro incidente controversial. En ese hecho, Hernández estaba persiguiendo a un sospechoso, pero finalmente terminó disparando a un joven de 18 años, que no estuvo involucrado en el incidente inicial.
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En su momento, las autoridades dijeron que este oficial y un compañero estaban persiguiendo a alguien que amenazó a la policía con un arma de fuego.
En esa búsqueda se encontraron en una esquina con Joseph Wolf, quien vestía una sudadera con capucha negra. Él había salido de su casa porque había aparecido un helicóptero policial sobre el vecindario, según comunicados de prensa e informes de la Comisión de Policía.
Hernández le gritó al joven que se detuviera. Wolf lo ignoró y entró a la casa, en ese momento el oficial le disparó en la pierna, según muestran esos registros.
En el tercer incidente previo, ocurrido en 1999, este oficial le disparó a una sospechosa de robo que le apuntó con un arma en el sur de Los Ángeles. La mujer sobrevivió y se recuperó un arma de fuego cargada en el lugar, dijo la policía.
Hace algunos años, cuando ocurrió el asesinato de Jamínez, el activista Carlos Montes, de la organización Comunidad, Servicio y Organización (CSO), participó en las protestas por ese crimen y en tiempos recientes se ha movilizado a denunciar la brutalidad policial.
“Siempre estamos frustrados de que cada vez que hay un oficial con problemas, todo lo que hacen es transferirlos”, dijo Montes. “Y ahora lo transfirieron a Boyle Heights”.
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Los antecedentes de Hernández son una amenaza para la comunidad, sostiene Juan José Gutiérrez, presidente de la organización pro-inmigrante Vamos Unidos USA.
A juicio de este activista, LAPD tiene buenos policías, pero “hay unos que no se miden” y ese tipo de hechos deteriora la confianza que la gente tiene en esta agencia de la ley; por eso considera que es importante que haya un castigo con rigor.
“Tiene una reputación de ser muy violento, para mi es una gravísima decepción que amerita a estas alturas se le suspenda inmediatamente”, manifestó Juan José Gutiérrez, presidente de la organización Vamos Unidos USA.
“Se le tienen que hacer acusaciones de abuso de autoridad; si se determina que fue culpable con todos los antecedentes que tiene, se le debe mandar a la cárcel de ser necesario”, concluyó Gutiérrez.
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