Los médicos están preocupados: “¿Dónde están los casos cerebrovasculares y los ataques cardiacos?”
Los departamentos de emergencia de los hospitales de California son lugares extrañamente tranquilos en estos días.
Antes de que llegara el coronavirus, decenas de miles de personas en todo el estado buscaban ayuda de emergencia cada día. Pero en las semanas transcurridas desde que el virus comenzó a propagarse por EE.UU, esos números se han desplomado a la mitad, según los médicos que supervisan los departamentos de emergencia en los hospitales del condado de Los Ángeles y en otras partes de California.
La fuerte disminución se produce en medio de medidas drásticas que los hospitales han implementado al prepararse para lo que los funcionarios de salud temen que pueda ser una ola de pacientes infectados por el coronavirus, como los que han abrumado a los hospitales en la ciudad de Nueva York y en otros lugares.
Hasta el momento, el número de personas enfermas por el virus en California ha sido manejable. Pero ahora los médicos y los funcionarios de salud están cada vez más preocupados de que las medidas tomadas para mantener a los hospitales listos, junto con el temor público generalizado de que el virus esté presente en las salas de emergencias, hayan dejado atrás a las personas que necesitan ayuda vital para salvar sus vidas y no estén dispuestas a buscar tratamiento.
“¿Dónde están los derrames cerebrales y los ataques al corazón? ¿Dónde están los diabéticos teniendo complicaciones?”, cuestionó el Dr. Larry Stock, médico de emergencias en el Hospital Antelope Valley.
“Estos casos no pudieron haberse evaporado por el virus. Me preocupa que las personas estén sufriendo en casa porque temen que nuestras salas de emergencia sean radiactivas”.
Los médicos y los funcionarios de salud están modificando sus advertencias urgentes sobre el virus para enfatizar que los departamentos de emergencias no están invadidos y pueden tratar a las personas de manera segura.
El efecto total de lo que Stock denominó “síndrome de daño colateral del corona”, y otro médico de emergencias lo llamó “un virus del miedo”, aún no se ha contado a medida que los hospitales y las agencias estatales comienzan a recopilar cifras completas.
Pero de las entrevistas con más de una docena de médicos que trabajan en hospitales rurales y urbanos de todo el estado, surge una imagen de cómo el virus ha alterado la atención de emergencia en California. Les preocupa que las personas estén muriendo en su hogar debido a afecciones que podrían haber sido tratadas y otros que sobrevivan ahora sufrirán afecciones graves y crónicas como resultado de su falta de búsqueda de ayuda.
Antes de que el coronavirus hiciera incursiones en el estado, el departamento de emergencias del Hospital Hoag en el condado de Orange generalmente trataba a unas 90 víctimas de accidente cerebrovascular cada mes, señaló el Dr. David Brown, un neurólogo que dirige el programa de accidentes cerebrovasculares del hospital.
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Dado que los funcionarios estatales y del Condado emitieron órdenes el mes pasado en gran medida instruyendo a los residentes a permanecer en sus hogares, la cantidad de casos de accidente cerebrovascular que llegan al hospital se ha reducido a la mitad, expuso Brown. En general, la cantidad de pacientes que acuden al departamento de emergencias de Hoag también ha disminuido a la mitad, según muestran las cifras del hospital.
Del mismo modo, el Centro Médico del Hospital Centinela en Inglewood, que solía tener alrededor de 180 pacientes con accidente cerebrovascular en su departamento de emergencias cada mes, ha visto caer esos casos en un 50%, reconoció el director del departamento de emergencias del hospital.
Y en el Centro Médico Ronald Reagan de UCLA, los casos de accidente cerebrovascular también se han reducido a la mitad, mientras que las personas que reciben tratamiento para ataques cardíacos han disminuido un 30%, dijo el Dr. Greg Hendey, director del departamento de emergencias. Los pacientes con accidente cerebrovascular en el Centro Médico Cedars-Sinai en Los Ángeles se han minimizado en un 15%, según el jefe del departamento de emergencias.
Los médicos entrevistados, que trabajan en el sur de California, así como en Visalia, Sacramento y Fresno, dijeron que los casos de emergencia en sus hospitales disminuyeron entre un 30% y un 50%. En Kaiser Permanente, que opera una gran red de hospitales en todo el estado, los pacientes del departamento de emergencias se han reducido en más de la mitad, señaló un representante de Kaiser.
La cantidad de personas transportadas en ambulancia a hospitales en el condado de Los Ángeles se redujo entre 20% y 30%, aseguró un funcionario del Condado.
Al ver el brutal número de víctimas del coronavirus en la ciudad de Nueva York y otros puntos críticos, donde las personas infectadas inundaron las salas de emergencia de los hospitales, los funcionarios de California han implorado al público que tome en serio su potencial mortal. Y han enfatizado la importancia de no buscar ayuda en los hospitales a menos que sea absolutamente necesario para que se pueda manejar un posible aumento en los casos.
El impulso público ha sido efectivo. Y con las personas que se quedan en casa, la cantidad de accidentes automovilísticos, tiroteos y otros casos de trauma que ingresan a las salas de emergencia ha disminuido, mientras que las personas con dolencias no urgentes también se han mantenido alejadas.
Pero perdido en ese mensaje, los médicos y los funcionarios de salud ahora se preocupan, fue una advertencia importante: si tiene una emergencia médica, entonces debe ir al hospital.
“Es miedo”, aseguró el Dr. Carrieann Drenten, médico de emergencias en Sacramento. “La gente tiene miedo de entrar porque el departamento de emergencias es visto como un refugio de infección y enfermedad”.
Los pacientes que se resistieron a buscar ayuda y luego llegaron al hospital días más tarde subrayan el problema, expusieron los médicos.
Brown, el neurólogo del Hospital Hoag, relató a una anciana que llegó al hospital la semana pasada. Había permanecido en casa durante cuatro días a pesar de tener debilidad en un lado de su cuerpo y dificultad para hablar, ambos signos reveladores de un derrame cerebral.
Cuando se le preguntó por qué había esperado, la mujer respondió a los médicos que temía estar expuesta al coronavirus en el hospital, dijo Brown.
Brown señaló, que si la mujer hubiera asistido de inmediato, los médicos probablemente le habrían podido dar medicamentos que pueden prevenir un daño duradero si se administran poco después de un derrame cerebral o si realizan un procedimiento para eliminar el coágulo de sangre que lo causa.
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Tal como estaba, había poco que hacer por la mujer, que sufrió daño cerebral permanente y parálisis, dijo.
Además, un hombre de 43 años que sufrió un ataque cardíaco tuvo la suerte de seguir vivo, reveló la Dra. Dipti Itchhaporia, cardióloga y directora de manejo de enfermedades en Hoag.
A pesar de varios días de dolor en el pecho, el hombre le dijo a su esposa que no iría a la sala de emergencias debido al virus. A medida que el dolor empeoró aceptó ver a Itchhaporia en su oficina. Al ver que tenía una arteria bloqueada, los médicos se refieren comúnmente como “un hacedor de viudas”, Itchhaporia lo llevó al hospital, donde le limpió la arteria.
El problema aparente es a nivel nacional, según un estudio de nueve centros cardíacos importantes en todo el país. En marzo, a medida que se extendió el coronavirus, el número de pacientes que se sometieron a procedimientos críticos de eliminación de arterias, como el que realizó Itchhaporia, disminuyó un 38% en comparación con un período anterior, encontró el estudio.
Los médicos y expertos en salud también se preocupan por las personas con lesiones o enfermedades que no serían críticas en este momento, pero que pueden convertirse en problemas importantes si se les permite agravarse. Los doctores entrevistados ofrecieron relatos aterradores de pacientes que llegaron días después de sufrir laceraciones, infecciones de la piel y apéndices rotos.
Son ricos y viven en lugares elegantes. Así es como el brote de coronavirus los afecta.
El temor a contraer COVID-19, la enfermedad causada por el coronavirus, está en gran parte fuera de lugar, señalaron los médicos.
Si un hospital ha implementado medidas de seguridad ampliamente utilizadas, como examinar a los pacientes para detectar síntomas de la enfermedad antes de ingresar al departamento de emergencias, limpiar a fondo y aislar a cualquier persona que muestre signos del virus, el riesgo es bajo, dijeron.
Los funcionarios de salud ahora están tratando de difundir ese mensaje. La Dra. Christina Ghaly, directora del Departamento de Servicios de Salud del Condado de Los Ángeles, instó la semana pasada a las personas a buscar ayuda si tienen una emergencia, diciendo que “no necesitan preocuparse” por la infección. Los hospitales y las asociaciones médicas han publicado mensajes similares.
El efecto causado a la gente que abandona el tratamiento podría ser profundo y duradero. Los médicos dijeron que creen que las personas mueren en sus hogares y esperan ver un aumento en los casos de insuficiencia cardíaca congestiva, accidentes cerebrovasculares graves y otros problemas crónicos que son el resultado de que la gente no reciba tratamiento durante la crisis actual.
“En el futuro, no queremos mirar atrás y ver altas tasas de mortalidad en los casos en que podríamos haber ayudado si la gente hubiera ingresado”, manifestó el Dr. Sam Torbati, codirector del departamento de emergencias de Cedars-Sinai. “Necesitamos devolver el equilibrio a una posición razonable”.
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