Garcetti: L.A. se encuentra ‘bajo ataque’ y deberá suspender a miles de trabajadores de la ciudad
In his annual State of the City address, Los Angeles Mayor Eric Garcetti announced plans for thousands of city workers to be furloughed as part of a larger effort to ensure the city survives the economic fallout from the coronavirus crisis.
En un notable discurso sobre el estado de la ciudad, el alcalde Eric Garcetti dijo que Los Ángeles está “bajo ataque” del coronavirus, con su vida diaria “irreconocible”. Expuso que se necesitarían grandes recortes.
El alcalde Eric Garcetti advirtió el domingo que la recesión económica que enfrenta Los Ángeles será más dolorosa que la de 2008, lo cual exigirá recortes a los programas gubernamentales y poner en licencia a miles de empleados de la ciudad.
En un discurso notable sobre el estado de Los Ángeles, cinco semanas después del cierre de muchas empresas, edificios gubernamentales y otras instalaciones, Garcetti declaró que la ciudad está “bajo ataque” por el coronavirus y las consecuencias económicas que esto conlleva.
“Nunca antes he dudado en asegurar que nuestra ciudad es fuerte”, reconoció. “Pero no voy a decir esas palabras esta noche. Nuestra ciudad está bajo ataque. Nuestra vida diaria es irreconocible. Estamos sometidos y desgastados. Estamos llorando a nuestros muertos”, continuó el alcalde, conteniendo las lágrimas. “Pero no nos hemos quebrado”.
Los comentarios del alcalde representaron una ruptura discordante con los discursos anteriores del Estado de la Ciudad, en los que ofrecía mensajes abrumadoramente edificantes. Este año, Garcetti brindó señales sombrías sobre el futuro inmediato: desempleo, colapso en las reservas de hoteles y una caída del 95% en el transporte aéreo de pasajeros, todos producto del brote de coronavirus.
La ciudad ya tomó prestados $70 millones de fondos especiales para responder a la crisis sanitaria. Para equilibrar el presupuesto de la ciudad, los trabajadores públicos de ciertos sectores deberán tomarse 26 días no remunerados, lo cual equivale a una reducción salarial anual del 10%, detalló el alcalde. “Desde una perspectiva fiscal, esto es lo peor que hemos vivido”, declaró.
Las autoridades locales y federales dicen que muchos fraudes han surgido en medio de la pandemia del coronavirus, alimentándose del miedo y la confusión que genera el virus y su falta de cura o vacuna.
Hasta ahora, los líderes políticos de la ciudad parecen abiertos a las reducciones propuestas por Garcetti. El concejal Mike Bonin dijo que, considerando el alcance de la calamidad económica que enfrenta la región, se sintió aliviado de que el alcalde no anunciara despidos. Otro concejal, Gil Cedillo, describió estas licencias como lo mejor posible de una serie de malas elecciones, pero le preocupaba que los residentes y los empleados de la ciudad sufrieran. “Los servicios de la ciudad tienen una mayor necesidad durante una crisis”, destacó Cedillo, quien representa partes del lado este.
Qué tan agudamente el público sentirá los recortes está lejos de quedar en claro. No se exigirán días de licencia a los oficiales de policía, bomberos o trabajadores del Departamento de Agua y Energía, entre otros. La recolección de basura permanecerá como siempre, anticipó un asistente de Garcetti.
El alcalde ya cerró varias instalaciones de la ciudad al público, incluidos los centros culturales, el zoológico de Los Ángeles y decenas de sucursales de bibliotecas. Algunos empleados de la ciudad fueron reasignados para trabajar en centros recreativos que funcionan como refugios improvisados para personas sin hogar.
Un líder sindical expresó su consternación por los planes de reducción de costos, alegando que sus miembros fueron llamados a servir como trabajadores de emergencia para reubicar a la población sin hogar de la ciudad y realizar tareas en centros de pruebas de coronavirus. Agregar más inestabilidad para ellos perjudicará a Los Ángeles, enfatizó Bob Schoonover, presidente de la Unión Internacional de Empleados de Servicio Local 721. “No podemos llamar a estos hombres y mujeres ‘héroes’ y luego dar la vuelta e intentar equilibrar el presupuesto a sus espaldas”, aseguró el gremialista, cuyo sindicato representa a los custodios, podadores de árboles y otros.
El discurso del domingo llega en un momento extraordinario para Garcetti y la ciudad. Durante las últimas cinco semanas, el alcalde emitió órdenes de emergencia para cerrar negocios, detener desalojos, exigir máscaras faciales, condonar multas de estacionamiento y para mantener a los angelinos mayormente alejados unos de otros en playas, senderos para caminatas y otros lugares.
Dado que gran parte de la ciudad permanece en sus hogares, el alegato del domingo se pareció poco a los anteriores discursos del Estado de la Ciudad. Atrás quedó la guardia de color, la Promesa de Lealtad y demás adornos ceremoniales que generalmente acompañan el discurso anual de Garcetti a la ciudad.
En años normales, el alcalde habla ante cientos de personas, en lugares repletos, como el Centro de Ciencias de California o el Valley Performing Arts Center, en Cal State Northridge. El domingo, lo hizo dentro de un recinto del Concejo Municipal en su mayoría vacío, y hasta los miembros de ese cuerpo permanecieron en sus hogares.
Como resultado, el evento pareció más cercano a una de las muchas sesiones informativas vespertinas sobre el coronavirus, impartidas por Garcetti desde mediados de marzo. Sin embargo, el mensaje general fue más sombrío; el líder señaló que la ciudad necesitaría una gran ayuda del gobierno federal para lidiar la crisis. “No hay que rescatar bancos y dejar a las ciudades con recortes y colapsos”, exhortó.
Garcetti agregó que el Congreso debería aprobar un proyecto de ley de infraestructura nacional para que las personas vuelvan a trabajar. Y pidió al gobierno federal que afloje las restricciones a los fondos de emergencia que impiden que la ciudad los use para reemplazar ingresos perdidos.
El brote de coronavirus y la recesión económica que lo acompaña representan, con mucho, el mayor desafío para Garcetti y otros líderes de la ciudad desde la recesión de 2008. Durante esa crisis, los funcionarios electos de L.A. respondieron imponiendo licencias, despidiendo a cientos de trabajadores y eliminando miles de puestos de empleos.
“Hasta ahora, fue el mayor golpe económico de nuestra vida, y me dolió”, recordó el funcionario. “Pero no hay forma de endulzar esto. Esto es más grande; dolerá más”.
Los hospitales de toda California han tardado en revelar los casos de COVID-19 entre el personal médico, datos que no están obligados a revelar y que el estado no hace un seguimiento exhaustivo.
Los ingresos para el próximo año presupuestario podrían ser de hasta $598 millones por debajo de las proyecciones, dependiendo de cuánto tiempo los angelinos continúen en sus casas, según las cifras publicadas la semana pasada por el controlador de la ciudad, Ron Galperin.
Gran parte de las reducciones fueron causadas por la fuerte caída en la actividad turística, incluida una disminución importante en los impuestos proyectados a las plazas de hotel, explicó Galperin. Desde que se emitieron las órdenes de quedarse en casa en todo el estado, las solicitudes de desempleo se dispararon y los trabajadores de las industrias del entretenimiento, la hospitalidad y el turismo se han visto particularmente afectados.
Garcetti tiene previsto lanzar su propuesta presupuestaria este lunes. El documento, que cubre los gastos para el año fiscal que comenzará el 1º de julio, debe ser aprobado por el Ayuntamiento antes de poder entrar en vigencia.
Mientras Garcetti daba su discurso, algunos activistas organizaban una protesta en las afueras del Getty House, la residencia oficial del alcalde en Windsor Square, para pedirle el uso de sus poderes de emergencia para ordenar la cancelación de los pagos de rentas y llenar los hoteles vacantes con los angelinos sin hogar.
Mientras los conductores tocaban el claxon repetidamente, docenas de manifestantes en la acera del Sindicato de Inquilinos de Los Ángeles y otros grupos coreaban: “¡Sin renta, sin renta!”. La residente de Hollywood Kat DeVoe-Peterson, quien recientemente fue despedida del bar en Silver Lake donde trabajaba, afirmó que Garcetti necesita asegurar fondos federales para los inquilinos en la ciudad.
“No se trata sólo de mí, se trata de todos”, destacó la mujer, quien llevaba en su automóvil un letrero con la frase: “Comida sí, renta no”.
Josh Rubenstein, portavoz del Departamento de Policía de Los Ángeles, detalló que se emitieron 11 citaciones durante la protesta del domingo. Algunos conductores que tocaron la bocina repetidamente fueron citados por violar una ordenanza contra el “sonido amplificado”. Dos manifestantes en la acera también fueron detenidos y multados, informó la policía.
Garcetti remarcó en las últimas semanas que ha estado presionando a los legisladores en Washington, D.C., para que aprueben un paquete de estímulo que proteja tanto a los inquilinos como a los propietarios de un colapso financiero masivo. Durante su discurso, declaró que los fondos federales deberían usarse específicamente para respaldar la suspensión de alquileres e hipotecas.
El alcalde añadió que el gobierno federal también debe abordar los problemas que perjudicaban a los estadounidenses mucho antes del brote de coronavirus: salarios deprimidos, deudas universitarias paralizantes, falta de acceso a la atención médica. “Debemos preguntarle a nuestra ciudad y a nuestra nación en este momento, ¿realmente queremos volver a la ‘normalidad’?” inquirió.
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