Niños, niñas y géneros intermedios: Una lección en el aula para estudiantes modernos de tercer grado
Los administradores del distrito escolar de Oak Park están enseñando a los estudiantes sobre las complejidades del género, un tema que provocó una explosión de controversia en los suburbios del Condado de Ventura.
La consejera escolar Holly Baxter se había preparado para este momento durante meses. Reunió a los alumnos de tercer grado de Red Oak Elementary en la alfombra para la hora del cuento, abrió el libro de imágenes y comenzó a leer.
A Casey, dijo, le gusta jugar con bloques y su camión de basura, pero también le encantan las cosas que brillan.
Casey admira el esmalte de uñas brillante de su hermana y dice que él también quiere usarlo. Su hermana le dice que los niños no usan esmalte brillante.
“¿Verdad, papi?”, le pregunta a su padre.
“La mayoría de los niños no usan esmalte de uñas”, responde su padre. “Pero Casey puede si quiere. No hay daño en eso”.
La hora del cuento en esta aula unificada de Oak Park el mes pasado se desarrolló de una manera que relativamente pocos niños de 8 años en el país han experimentado alguna vez.
La historia de Lesléa Newman, los conceptos, las preguntas y las respuestas entre estudiantes y maestros culminaron en un capítulo pionero, y a veces volátil, en este distrito escolar suburbano del condado de Ventura después de que los educadores decidieran enseñar a los alumnos de primaria sobre las complejidades de género.
Baxter continuó leyendo el libro.
Cuando Casey y su hermana iban a la biblioteca, Casey llevaba una falda reluciente.
“¡Mamá!”, gritó su hermana. “¿Por qué Casey está vestido así?”
“Porque así es como Casey quiere vestirse”, dijo Mamá. “No creo que Casey se vea tonto. Creo que Casey se parece a Casey.
Niños, conozcan a “Sparkle Boy”.
La explosión
Los correos electrónicos del superintendente de la escuela, Tony Knight, llegaron al email de los padres el 30 de julio.
Oak Park, una comunidad acomodada, bien educada y políticamente diversa, se precia de sus escuelas públicas de alto rendimiento. En 2019, Oak Park High School se clasificó entre las 100 mejores escuelas preparatorias de California, según U.S.News and World Report. El distrito ha ganado varios premios por su sólido programa de educación ambiental.
Ahora los administradores planearon introducir lecciones nuevas y audaces sobre la identidad de género.
“Se espera que algunas familias se sientan incómodas con esta discusión, especialmente cuando se trata de cómo se comparte con los niños”, escribió Knight en la carta. “Sin embargo, es importante que nuestras propias incertidumbres personales no interfieran con nuestra capacidad de hacer lo correcto para proteger la seguridad y el bienestar de los niños vulnerables”.
El correo electrónico dio inicio a lo que Denise Helfstein, presidenta de la Junta de Educación de Oak Park, describió como la controversia más explosiva durante sus cinco años en la junta.
Más de 300 padres se reunieron en septiembre en una junta de regreso a clases diseñada para abordar el problema. Afuera, un pequeño grupo de padres repartió volantes que llamaron a las lecciones “ideología no científica”.
“La escuela ha elegido hacer esto y ser progresista, respeto eso”, dijo Amy Sitarz, quien tiene tres hijos en el distrito, en una entrevista. “Pero creo que han cruzado la línea, en cuanto a enseñarle a mi hijo lo que creo que debería enseñarse en casa”.
En el interior, las preguntas de los padres se convirtieron en un curso intensivo para adultos sobre diversidad de género.
Es equivalente a la educación sexual, dijeron algunos padres.
Baxter explicó que la identidad de género es separada y distinta de la identidad sexual.
“No estamos hablando de quién te atrae y tampoco de biología”, dijo a los padres. “Estamos hablando de género, ya que es un auténtico sentido de sí mismo y cómo una persona se siente acerca de sí misma en el mundo”.
Las lecciones serán apropiadas para el desarrollo, durarán 45 minutos y ocurrirán una vez al año, agregó.
Los padres dijeron que si bien apoyan las iniciativas contra el acoso escolar, hablar de las complejidades de género debe mantenerse fuera del aula.
“Es bastante confuso ser un niño”, dijo Lester Kozma, un padre de Oak Park. “Los padres son los únicos que saben si están listos para este tipo de conversaciones”.
John Mallon, quien tiene un estudiante de segundo grado en el distrito, dijo: “Ahora estamos lanzando esto a las escuelas y diciendo: “Es normal. Está bien’”.
En realidad, respondieron los educadores, es una buena práctica.
Citaron una Encuesta nacional del clima escolar de 2015, que mostró que tres cuartos de los estudiantes no conformes con su género se sentían inseguros en la escuela. Explicaron que los entornos escolares hostiles se encuentran entre los factores que contribuyen a tasas desproporcionadamente más altas de depresión y suicidio entre los jóvenes LGBTQ.
Las comunidades médicas y de investigación reconocen cada vez más que algunas personas no se identifican exclusivamente como hombres o mujeres. La Academia Estadounidense de Pediatría publicó una declaración política en 2018 que reconoce la diversidad de género y la variedad en constante evolución de las etiquetas que la acompañan, así como la importancia de afirmar esas identidades entre los niños.
Sin embargo, sólo un puñado de distritos escolares en el país, incluidos San Francisco, Oakland y Seattle, han introducido estos conceptos en el nivel primario.
Algunos padres pidieron una opción de “exclusión voluntaria” para que su hijo pudiera ser excusado de la lección.
“Si tuviéramos un programa de exclusión voluntaria para esto”, dijo Knight, “parecería que es potencialmente inmoral u obsceno. Y no lo es”.
Y de acuerdo con el Código de Educación de California, los padres pueden excluir a sus hijos de la educación sexual y de prevención del VIH, no de discusiones sobre género.
Helfstein, presidente de la junta escolar, está de acuerdo en que el tema es delicado. Ha participado en numerosas reuniones individuales entre administradores y padres, a quienes se les ha animado a hacer preguntas libremente sobre las lecciones.
Originalmente, el distrito había planeado definir para estudiantes de cuarto y quinto grado los términos transgénero, no binario (aquellos cuyas identidades de género caen fuera de las categorías de hombre o mujer) y cisgénero (aquellos que se identifican con su género asignado al nacer). Pero después de recopilar comentarios, decidieron explicar el concepto de que el género se encuentra en un espectro.
Helfstein dijo que ha sido difícil evaluar qué proporción de padres lo desaprueba. Los críticos han citado preocupaciones sobre su religión, etnia y valores familiares.
“No sabía mucho sobre [la diversidad de género], y aprendí bastante de este proceso”, dijo Helfstein. “Sé cómo se siente no querer decir algo incorrecto”.
Una necesidad apremiante
En el otoño de 2018, Baxter dejó en claro que los estudiantes transgénero y no conformes con su género estaban luchando. Hasta 10 alumnos, o sus padres, la buscaron para recibir asesoramiento cada año escolar.
Algunos de los estudiantes sufrían de ansiedad y depresión severas. Los padres de los más pequeños, uno en primer grado y otro en tercero, dijeron que sus hijos fueron rechazados de maneras más sutiles, como no ser invitados a fiestas de cumpleaños.
Los padres le dijeron a Baxter que sus hijos lloraban por la noche, tenían miedo de ir a la escuela y querían cambiar de aula, igualmente abrigaron temores por el aislamiento de sus hijos.
El rechazo no fue sentido sólo por estudiantes transgénero y no binarios.
Una niña de quinto grado pidió hablar con un consejero después de ser molestada por pasar el rato con niños; ella realmente no se conectaba con las otras chicas. Pero ahora las chicas la llamaban niño y se burlaban de ella por la forma en que se viste.
Mientras que los administradores se centraron en cómo apoyar a estos estudiantes, Baxter vio una necesidad apremiante de crear una cultura de campus segura y compasiva.
“Si no se ven a sí mismos representados en lo que enseñamos, tienen la sensación de que no son parte de la cultura, que son una especie de secreto, algo de lo que avergonzarse”, dijo Baxter.
El superintendente Knight estuvo de acuerdo.
Knight, quien se desempeñó como maestro y administrador de escuelas públicas durante 40 años, recordó a los estudiantes no conformes con el género que conocía en el distrito en la década de 1990, cuando era director, y antes de que existiera el lenguaje para describirlos y lo que estaban experimentando.
“Realmente no sabía cómo abordar el problema, ayudar a los padres, al niño y a los maestros. Y fue algo que todo el mundo eligió ignorar”, dijo Knight. “Creo que hemos llegamos a una revelación aquí en el distrito escolar, debido a la forma en que amamos y cuidamos a nuestros hijos: que esto ya no es algo que se pueda desatender”.
La Junta de Educación del Estado de California aprobó un nuevo marco de educación para la salud en mayo que ofreció orientación sobre cómo hablar con los estudiantes de primaria sobre la identidad de género.
“Si bien los estudiantes pueden no comprender completamente los conceptos de expresión e identidad de género, algunos niños en el jardín de infantes e incluso más jóvenes se han identificado como transgénero o entienden que tienen una identidad de género que es diferente de su sexo asignado al nacer”, desde el kindergarten hasta el tercer grado. “El objetivo no es causar confusión sobre el género del menor sino desarrollar una conciencia de que existen otras expresiones”.
Knight y otros administradores consideraron que era esencial comenzar a enseñar estas lecciones en los grados inferiores. Un alumno de tan sólo 5 años ya había hecho la transición, y algunos querían ser llamados por pronombres como “ellos”, los identificadores más comunes utilizados por personas no binarias. Otros estudiantes estaban hablando de eso entre ellos, y tenían muchas preguntas.
No binario ahora también es una categoría de género legalmente reconocida en California, lo que significa que los residentes pueden identificarse como tales en sus licencias de conducir y certificados de nacimiento.
Baxter, Knight y otros educadores querían normalizar los conceptos de diversidad de género desde el principio, para que estas ideas informen la manera en que piensan sobre sí mismos, sus compañeros y la naturaleza humana.
Sin controversia, las lecciones fueron aprobadas por unanimidad por la Junta de Educación de Oak Park el 23 de abril después de una revisión por parte del consejo del plan de estudios y las organizaciones de padres y maestros en cada una de las tres escuelas primarias.
Sensación de alivio
Cuando la madre de Oak Park, Avon Dinh, se enteró de la lección de diversidad de género, se alegró por su hijo de segundo grado, Sawyer. Tan pronto como Sawyer pudo hablar, la madre dijo que les estaba diciendo a sus padres que no era una niña.
Sawyer comenzó a identificarse como un niño en el jardín de infantes. Cuando compartió el hecho de que es transgénero con sus compañeros de clase, han sido en su mayoría amables, pero a veces están confundidos, dijo su madre.
Sawyer usa los baños de los niños, y ellos le han preguntado por qué utiliza los inodoros en lugar de los urinarios. Algunas veces sus compañeros se han asomado para verlo.
Dinh le dice a su hijo que no es su trabajo educar a sus compañeros de clase.
“Odio poner esa presión sobre él”, asevera Dinh. “Los adultos deberían darles las palabras para esto”.
Mara Smialek, madre de un alumno de segundo grado de Oak Park, dijo que está contenta de que el distrito esté “enseñando a los niños que todos son diferentes y que nuestras diferencias son las que nos hacen especiales”, algo que ella ya tiene en cuenta en la educación de sus hijos en casa.
Mientras que algunos padres están teniendo dificultades con los cambios, dijo, ella sabe que hay una lección en eso también.
“Espero que los niños aprendan que incluso si no entiendes o no te sientes cómodo con algo al principio, es importante ser respetuoso y aceptar a las personas por lo que son”, dijo Smialek, “en lugar de tratar de juzgar o cambiar a alguien”.
Baxter levantó su copia de “Sparkle Boy” y les pidió a los alumnos de tercer grado que consideraran por qué las palabras “sparkle” y “boy” generalmente no van juntas. Luego explicó que el título del libro desafiaba los estereotipos.
Los niños hicieron algunas conjeturas sobre lo que significa esa palabra, “estereotipo”. Con la ayuda de Baxter, llegaron a una definición: cuando crees que sabes algo sobre alguien sólo por el grupo al que pertenece. O cuando asumes que el rasgo de una persona se aplica a todos en su grupo.
Baxter luego dibujó tres cajas, etiquetadas como “niño”, “niña” o “ambas”, en la pizarra inteligente, y les dijo a los estudiantes que clasificaran las palabras en estas categorías. Primero fue “deportes”, que colocó en la caja de “niño” para que el juego iniciara.
“¡Eso no está bien!”, exclamó una niña.
“¿Por qué?”, preguntó Baxter.
“Porque me gustan los deportes y no soy un niño”, dijo la pequeña. Todos estuvieron de acuerdo en que los “deportes” pertenecían a la casilla “ambos”.
Con cada nueva palabra, los estudiantes se entusiasmaron más. ¡Bailar es para ambos! ¡El arte es para ambos! ¡El rosa es para ambos!
En un momento, un niño habló y dijo: “Casey quiere usar cosas brillantes porque Casey es realmente una niña”.
“¿Recuerdas de qué hablamos sobre los estereotipos?”, respondió Baxter. “Todavía puedes ser un niño y usar cosas brillantes. La ropa no te dice cuál es tu género”.
Baxter había enviado el plan de lección a los padres el día anterior y les mandaría una actualización sobre la experiencia. En promedio, cuatro o cinco estudiantes han estado ausentes en cada lección, aunque sólo unos pocos padres han llamado para decir que mantuvieron a sus hijos en casa para protegerlos del plan de estudios.
Explicó a los niños que el género es cómo se consideran a sí mismos como niños o niñas. Pero algunas personas no piensan en sí mismas como tales, o en algún lugar en el medio.
Al igual que un arco iris tiene una variación de colores, con muchos tonos diferentes de naranja y púrpura, hay muchos tipos de niños y niñas, dijo Baxter. Algunas personas, agregó, no caben en el arco iris en absoluto.
“¿Entonces los marimachos están en el medio?”, preguntó una niña.
Hablaron sobre el término “marimacho” y sobre cómo a algunas personas no les gusta que las llamen así, mientras que a otras no les importa.
“Pero siempre respetamos la forma en que se hace referencia a las personas, ya sea una niña, un niño, una marimacho, una niña femenina o un niño deportista”, dijo Baxter. “Todas esas cosas están bien”.
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