Entre menos recursos más niños obesos: Cómo hacer que coman más saludable
Los Angeles — En el Mes Nacional de la Obesidad Infantil las autoridades de salud alertan a los padres de familia sobre el incremento de esta enfermedad en los menores, y los pasos que deben tomar para revertir este problema.
La obesidad infantil es un problema grave en Estados Unidos, ya que pone a los niños y adolescentes en riesgo de mala salud, según los informes de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
La cantidad de casos nuevos de diabetes entre los adultos de EE.UU sigue disminuyendo a medida que aumentan las tasas de obesidad y los funcionarios de salud no están seguros de las razones.
La prevalencia de obesidad entre niños y adolescentes todavía es demasiado alta. Para niños y adolescentes de 2 a 19 años la prevalencia de obesidad es del 18.5% y afecta a unos 13.7 millones de niños y adolescentes.
• La prevalencia de obesidad es del 13.9% entre los niños de 2 a 5 años, el 18.4% entre los niños de 6 a 11 años y el 20.6% entre los niños de 12 a 19 años. La obesidad infantil también es más común entre ciertas poblaciones.
• Los hispanos (25.8%) y los negros no hispanos (22.0%) tienen mayor prevalencia de obesidad que los blancos no hispanos (14.1%).
• Los asiáticos no hispanos (11.0%) tenían menor prevalencia de obesidad que los afroamericanos e hispanos.
Casi el 40% de los adultos estadounidenses y el 20% de los niños tienen suficiente peso extra como para justificar un diagnóstico de obesidad.
Los CDC citaron algunas estadísticas alarmantes relacionadas con la obesidad y el estado socioeconómico de niños y adolescentes entre 2 y 19 años. Éstos incluyen:
• La prevalencia de obesidad disminuye con el aumento del nivel de educación del jefe de familia entre niños y adolescentes de 2 a 19 años.
• La prevalencia de obesidad es del 18.9% entre los niños y adolescentes de 2 a 19 años en el grupo de ingresos más bajos, el 19.9% entre los del grupo de ingresos medios y el 10.9% entre los del grupo de ingresos más altos.
• La prevalencia de obesidad fue menor en el grupo de mayores ingresos entre los niños asiáticos.
Las manos de Irie Mazas se aferraban sobre las cajas de fresas rojas brillantes en el Adams & Vermont Farmers Market en Los Ángeles.
University Rochester Medical Center recomienda
Ofrecer opciones: Entre las rodajas de manzana y el apio con mantequilla de maní puede no parecer mucho, pero les da a los niños la autonomía que anhelan, al tiempo que lo mantiene en control de la nutrición. Su pequeño podría estar más emocionado de probar una nueva comida o un plato saludable si siente que fue su idea.
Ejercicio: Los niños necesitan al menos 60 minutos de actividad física vigorosa todos los días. Esto puede incluir actividades aeróbicas divertidas como jugar al tag y saltar la cuerda.
Sea un ejemplo positivo para sus hijos siendo activo usted mismo: Haga que el ejercicio sea parte de su rutina diaria. Intente pasear en familia, bailar, salga a pasear en bicicleta o realice un juego al aire libre con la mayor frecuencia posible.
Enfatice las frutas y verduras: Mantenga los refrescos y las papas fritas fuera de la casa, o tómelos sólo en ocasiones muy especiales. Intente servir a sus hijos meriendas aptas para niños. Estos incluyen batidos de frutas, verduras crudas con salsa de yogurt y apio con mantequilla de maní. Si los productos frescos no están disponibles o son demasiado caros, busque opciones congeladas.
Mire los tamaños de las porciones: En las últimas décadas, se han disparado las porciones de alimentos tanto en supermercados como en restaurantes. Una porción de granos, por ejemplo, es sólo media taza de espagueti o una rebanada de pan normal. La mitad de una pechuga de pollo chica y una pequeña hamburguesa de carne magra cuentan como una porción de proteína.
Disfrazar el sabor de los alimentos más saludables: Agregue verduras a un estofado de ternera, por ejemplo, o haga puré de zanahorias con puré de papa, o agregue una salsa dulce a las rodajas de manzana.
Cocinar más comidas en casa: Los restaurantes y las comidas para llevar tienen más azúcar agregada y grasas poco saludables, por lo que cocinar en casa puede tener un gran impacto en la salud de sus hijos.
Déjelos “cocinar”: Permítales hacer sus propios platos como pelar naranjas o lavar lechugas, cortar jitomate agregar poco vinagre a la comida o queso. Usted sabe las reglas de seguridad.
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